martes, 10 de abril de 2007

Viaje...

He intentado volver atrás en el tiempo, darme un espaldarazo, como el YO del futuro que viene a dar un consejo sobre la vida, acompañado de unos ropajes iguales de malucos a los de costumbre, aunque tal vez un poco más caros, veo con preocupación que no soy tomado en serio, aunque mi yo de ese entonces no es tan escéptico... No, no puede serlo, aún no ha vivido todo lo que yo, esta marcado por la experiencia, pero no curtido por ella, aún sonríe secretamente pensando en el día venidero y hace cuentas mentales relativas a aritméticas extrañas de aromas, canciones y sabores.

Intenta tocarme, pero retrocedo y le aseguro que probablemente la misma masa no debe ocupar el mismo espacio, pero me mira despectivamente como sintiéndose burlado por su propia imaginación, luego observa mis arrugas, busca por algún lado señales de canas. Como si le leyera el pensamiento, le explico que no salen, y señalo mi cabeza para que se dé cuenta de lo que causa la edad; Me veo interrumpido por un sonido que había escuchado antes, el cual produce un extraño eco, es el timbre de aquel apartamento pequeño y forrado con más mugre que tapete. Alguien esta asomada abajo, tirita de frío, aunque yo siento el día bastante cálido. Apenas la veo de reojo, pues no quiero que note mi presencia, sería difícil de explicar.

Mi otro yo me mira y busca mentalmente la mejor posición para ocultarme, luego desiste considerando que es su imaginación, y que ella probablemente no me verá, sus pensamientos hacen eco en mi cabeza como propios, como si lo acabara de pensar. Cuando suena el otro timbre, el del apartamento, estoy regresando de nuevo a este tiempo... No pude decirme nada, y probablemente, como de costumbre, aún sin tener el medio adecuado, no me hubiera hecho caso.

Esta entrada es en realidad del 6 de diciembre de 2011. Pero, como quisiera de verdad poder volver atrás en el tiempo, decirme tantas cosas, para empezar:

¡Es hora de escribir!.