domingo, 30 de agosto de 2009

Vientos

Es maluco que el viento no traiga aromas nuevos, ni sensaciones de aquellos lugares remotos en donde la gente es diferente; por el contrario el aire siempre está enrarecido, cargado de angustia y temor.

No pueden elevarse cometas si la brisa es tan fuerte y amenaza con femenina disposición (sino vean los nombres de los huracanes), llevarse todo. No quedaran en pie recuerdos, formas ni ganas. Los ojos arden porque el viento es tan corrosivo como las miradas ajenas, y la mezcla del aire contiene además sueños rotos y metas empapeladas.

Vientos, vientos tristes, de los mismos que hacen llorar a los guaduales.


(Y dale con lo de los guaduales, pero es que me parece repatético que unas matas lloren)