jueves, 3 de diciembre de 2015

Jueves de no corbata

Esta imagen es de mi autoría.
Los habitantes de este mundillo oficinesco debemos encontrar salidas, al igual que motivos y razones, para tantas cosas como incluso la determinación del deber (ser), porque lo cierto es que cuando se trata del hacer, poco importa cualquier consideración de índole personal, nada más importa que hacer caso, lograr la meta, consolidar el resultado, puesto que toda acción no se somete a la reacción, si no que tiene que tener un resultado; a, b, c, o cualquier otra variable tienen que terminar siendo z, porque esa fue la respuesta que algún genio estableció... la autoridad.

De esta manera resulta apenas lógico que el colectivo termine reivindicando un mínimo de su libertad personal a través de lo más bobo que pueda, lo que implica no menos que hacer alguna micro revolución que solo sirva a un propósito de una pequeña victoria, aquella satisfacción que aun ínfima resulta altamente gratificante. Sí, el ejemplo, es tan sencillo como un día sin corbata...

lunes, 30 de noviembre de 2015

Lunes de amargura

Paciencia, tolerancia...

Me cuesta bastante entender como las personas se enfrentan a toda suerte de situaciones que sirven para colmar la paciencia, para acabar con los sentidos, para extinguir la paz persona, simplemente con una expresión desinteresada, algunos aun con un gesto de alegría, sosiego, hasta tranquilidad. Con un extremo de pasividad, por no decir otra cosa... (lo cierto es que se me entorpece un poco la maquinaria para la expresión, derivado de la  la situación misma que intento describir).

Quizá es falta de consciencia, de notar los límites que separan la propia existencia de la de los demás. Puede observarse sin mayor esfuerzo en cada otro, en cada cual, aquel que de manera excelsa -viviendo el cafrismo sin límites que parece dictar la vida de todos-, se preocupa y ocupa tan solo de sí mismo, de una manera que trasciende cualquier idea de sano egoísmo (del mismo que me he ocupado en algunas oportunidades). No existe una idea, una concepción del espacio personal en relación con el de los demás, y pro más cada ser pareciera distraído, absorto en alguna suerte de necesidad impuesta y a la vez insatisfecha. Se ha aprendido a querer, pero no se sabe por qué, ni tampoco se entiende como llegar realmente a la conclusión de lo que implica cualquier instrucción interna, convertida en un plan de vida, en una lista de chequeo que sirve para la validación ante los otros, y que no hace otra cosa que conjugar el verbo "tener", aun en forma de establecer lo propios para el "ser" y el "estar".

En todo caso, quisiera saber qué pasa por la cabeza de este individuo, mientras observa presuroso los historiales de sus múltiples redes sociales, cuando comparte por enésima vez en el día sus pensamientos con esa cualquier otra persona que se encuentra al otro lado de una red, tan cerca y a la vez tan distante, un red que genera apéndices, que diluye los espacios y que invade los momentos, porque el mundo de hoy es altamente invasivo, de suerte que no hay escape al otro, ni siquiera un respiro.

Ruido, muchísimo, más del necesario, porque el cuerpo de trabajo se mueve a través de una tonada disfónica y falta de toda armonía. cada uno hace lo poco que puede (lo más poco que le es posible) de la manera menos eficiente posible, porque lo importante es hacerse notar de alguna manera, quizá en razón a que estamos tan solos en medio de todo que lo necesario es lograr captar la atención del otro. Por eso también resulta importante que se pongan al día con lo que hace cada uno. ¿para qué? la amistad no requiere una actualización de hechos rutinarios, y otros tantos podrían llegar a ser compartidos en otros escenarios, pues las relaciones exceden a los ámbitos situaciones, a la comunión de actividades, a la adherencia a las agendas, tiempos o rutinas del otro. No, el trabajo está lleno de compañeros, de colegas, con quienes se requiere ejecutar tareas de manera mancomunada, cordial y de forma coordinada o cooperada. En este sentido no resultan importantes algunas intromisiones, aunque claro, la fuerza del uso forja (o forza) cierto grado de amistad entre los comunes, se establecen relaciones de un corte menos funcional, más difusas si se quiere, respondiendo a las interconexiones por cuenta de lugares comunes en las frustraciones o incluso en los logros que responden a la dinámica del trabajo.

Pero en el momento en que esto trasciende a una esfera aun más personal, es en este instante en que las cosas se hacen confusas. ¿En realidad hay un sentido del aprecio tal que resulta relevante saber después de un fin de semana, aquello que ese otro realizó? Particularmente no creo que las actividades del otro resulten tan satisfactorias para sí, en tanto la felicidad, el bienestar y confort ajenos resultan tan relevantes según sea el grado de relación con ese otro, el grado de interés mutuo e incluso el afecto, cariño, amor o cualquier otra graduación que soporte o consolide la relación. Lo demás es falso interés o incluso algo más perverso, quizá un soterrado sentimiento de rivalidad, una atención especifica derivada de la envidia, o incluso del odio por ese otro que no colabora de manera suficiente a la estabilidad personal.

Afortunadamente en la mayoría de los casos se trata más que todo de un uso social, un interés aparente que se traduce en una medida por cuenta de la necesidad de ser escuchado, de ver en ese otro un reflejo, o incluso únicamente de ser cordial por cuenta de la maximización de las dinámicas sociales, para evitar los roces, para consolidar micro amistades y hacer más agradable el ambiente.

Los conscientes pueden llegar a ser apáticos, o pueden estar en negación (en tanto la consciencia no solo responde a una determinada especialidad de la psiquis, o a una consolidación particular, especial de la persona, como tampoco a una racionalidad excelsa), pero lo cierto es que cada una de las dinámicas en relación con la existencia particular, colectiva o social, se encuentran permeadas de la forma en que el individuo concibe, siente y responde ante los estímulos ajenos, de suerte que incluso las más dinámicas de las relaciones o las interacciones convenientes, adecuadas o con una medida de responsabilidad sobre el ambiente, antes que sobre lo personal, también pueden llegar a afectar, a recaer sobre cada uno de manera que el momento, que el instante esté rodeado de una actitud que prevea la intención y se comporte según esta sin manifestar otro aspecto en contraste. Un momento en el cual no pueda darse espacio al otro para ser, sino que se entienda más importante lo propio, lo que puede traducirse en una amargura, no dejar que el otro se entere, que viva a través de uno, que sienta las cosas buenas, que pueda sacar provecho del bienestar aun en pasado, porque esos instantes están en la memoria temporal como una medida para resolver y exaltar el espíritu, y no es amargura, es alegría o dicha en reposo, consciente y coherente con una forma particular de ver el mundo...

viernes, 30 de octubre de 2015

Tiempo de disfraces

Hace mucho tiempo tenía una entrada como esta en remojo.

Las ideas han estado tan remojadas, que algunas veces creo que el exceso ha terminado diluyendo la forma de las cosas, entonces ya poco me queda de lo que antes sentía coherente, cierto y palpable. La realidad se ha constituido en poco más que una sucesión de compromisos, responsabilidades, haceres y quehaceres que se desprenden de la misma continuidad de las cosas que alguna vez  se hicieron. Tal fácil a la vez que complejo, permitir que el tiempo pase, que deje su huella mientras que los pensamientos parecen querer sumergirse en el pasado. Pero la historia es no menos que una confección incompleta, la realidad se entreteje a través de un instrumento que requiere de ciertas condiciones para funcionar de manera más o menos coherente, de esta forma la mente no es tan lúcida como se quisiera, en especial en una realidad que nos presenta cada día una nueva forma de hacer un atajo, con medios para contestar a todos los interrogantes y necesidades de información, con lo que captarla o aprehenderla ya no es necesario. Incluso las mismas mecánicas sociales nos han llevado a dejar de lado esa búsqueda por el otro, a pausar las relaciones y llevarlas en la cabeza de la misma manera que disponen los propios medios de interrelación.

Estas mecánicas se vuelven un tanto intolerables en la medida en que las personas responden a las dinámicas generalizadas que los arrastran a ejecutar sus comportamientos en forma estandarizada, de forma que la corriente generalizada dicta las respuestas, gustos, necesidades y de allí se traduce a toda la gama de acciones que son permitidas, en donde lo personal queda reducido a la forma en que se innova frente a lo que dicta el estándar, sin salirse de él, por supuesto.

He visto muchas personas adultas que ahora se enloquecen con el cuento de los disfraces, con muchas excusas dentro de las cuales puede o no estar la de divertirse (la tan sonada posibilidad de rumba), pero los placeres de lo social no distinguen caras, caretas o apariencias, de modo que la pinta pasa a un segundo plano en estos escenarios.

No, lo complejo es responder a una tendencia de la mejor manera posible, lo cual en principio no es malo, pero resulta interesante cuando se denota lo que la personalidad de cada uno dicta en términos de lo que se expresa a través del disfraz. 

Monstruos, villanos y aspectos caricaturizados o llevados al extremo por cuenta de la percepción personal de la realidad, sin contar con los dictados de la moda, en donde el individuo asume un rol que no sabe como se compagina con su entorno, ¿a qué responde?, ¿por qué está ahí?

Las respuestas se diluyen en un mar de justificaciones que no les permiten ver lo mal que se ven, ¿acaso no importa la apariencia cuando se toma la forma de otro? Resulta inexcusable que un adulto tome una apariencia ajena de mala manera, que su propia concepción de ese otro, que el papel que va a interpretar sea tan patético que no pueda siquiera pensarse en un juego de ironía.

En principio siempre me ha parecido un tanto complejo como los adultos (padres) juegan con sus hijos para convertirlos en lo que a ellos mismos les parece, o incluso con un poco más de participación como pueden dar cuenta del deseo de este niñato por cuenta de lo que su realidad le ha indicado: personajes altamente comercializados (vendidos) los cuales ni mencionaré para evitar caer en una infracción marcaria, pero que responden a su propia forma. Al niño en todo caso le gusta jugar, y su imaginación con independencia de la sátira contra el branding, se verá nutrida por cuenta del juego de rol en el cual ha de pensarse como parte fundante del personaje del cual toma prestada su apariencia, personalidad e incluso si su creatividad se lo permite, su propia naturaleza especial o mística.

Pero en los adultos es diferente, la dinámica se asemeja más a expresar algo de la decadente, enferma y problemática personalidad encerrada dentro de aquel yo personal, intimo, privado, el cual no suele salir por miedo a la reprimenda de esta sociedad que se predica tolerable, pero que en realidad sataniza y sanciona fuertemente cada comportamiento que considere como desviado (con independencia de que el mismo tenga o no consecuencias dañosas para el colectivo). Entonces, los más emocionados con este tipo de escenarios para tomar una apariencia 'ajena' o para adoptar una personalidad disimil, no son más que aquellas personas que viven encerradas en el juego de la apariencia, atrapadas por cuenta de la imposibilidad de desarrollar algunas partes de sí que resultan no tan coherentes con lo que la escala social de valores permite.

Asesinos crueles, personajes despiadados, apariencias que trascienden los géneros, disfraces que dejan de lado toda mesura y resguardo de la sexualidad, o incluso roles que dejan ver aspectos personales en principio predicables de una etapa anterior de la vida, dan cuenta de la necesidad de cada persona de expresarse y dejar salir aquellas cosas de sí, que normalmente son sometidas a la dinámica social, que propende por la expresión y la libertad, pero que en realidad censura el libre pensamiento, la crítica y que por supuesto se encuentra presta a castigar cualquier desviación, por inofensiva que esta pudiera resultar.

Bienvenidos los que están disfrazados de lo que no pueden ser, los que abrazan a estos personajes como una forma de dejar salir a su Mr. Hyde, a aquellos monstruos que son un reflejo de sí mismos y que están ocultos durante la mayor parte del año...

lunes, 14 de septiembre de 2015

Pausa para darle continuidad (y fin) a los proyectos

Imagen tomada de: https://pixabay.com/get/488b67f334c3a448382f/1448560314/forge-550622_1920.jpg?direct

Cualquier día de estos o de aquellos cae uno en cuenta de la necesidad de terminar a bien lo que de la misma manera se empezó. Por qué rayos es tan complicado el hacer aquellas cosas que en todo caso resultan necesarias para nuestro avance. Sí, avanzar es complejo en particular cuando por más que el tiempo nos lleve de la mano, la inercia propia que resulta en una existencia pacífica, muchas veces es más deseable.

Espero poder cerrar pronto esta parte de la historia, y que el capítulo termine de la mejor manera posible...

martes, 25 de agosto de 2015

Punto de no retorno

En estos días, nuevamente me he enfrentado a la inexorable levedad del ser, leve, frágil, la existencia humana en sí misma es una contradicción a cualquier condición o axioma, de tal suerte que muchas veces no se sabe. Se existe porque de una u otra manera la voluntad ajena estuvo involucrada, eso sumado a la suerte, al azar propio del caos cósmico del cual siempre he estado prendado, pues en cierta manera a este debo mi vida. Los días pasan, uno detrás del otro, horas que se suceden a través de ecos sumidos en el silencio que no dejan ver la propia velocidad a la que se supone se desplaza este monumental pedazo de hogar en que nos encontramos.

A este hogar es que hoy quisiera referirme, en donde unos y otros están discutiendo varios temas en relación con la bien o mal llamado "punto de no retorno", relativo a aquel estado en que ya nuestro planeta no tiene arreglo, o el daño ambiental es irreparable, y en donde se ha examinado por varios bien o mal llamados expertos, aquello que toca al ser humano, con voces de alerta que miden el consumo de recursos, la afectación al medio ambiente y al ecosistema y el cambio climático principalmente.

Imagen tomada de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c9/Tarvasj%C3%B5gi_nov._2013.jpg

He visto, leído y escuchado, diferentes puntos de vista en relación con estos temas. Al parecer el mundo está sumido en un proceso que pronto (o incluso desde ahora mismo) llevará a una crisis irreversible, con un daño a su vez irreparable, lo que se verá en el corto y mediano plazo en un cambio climático, puesto que no se trataría solo del aumento global de la temperatura media del aire, sino también ante la presencia de fenómenos cada vez más frecuentes de extremos climáticos tales como profundas sequías, lluvias continuadas, huracanes, etc.

Es como si el planeta cada vez se manifestara con más fuerza, y afectara de una manera más diciente a las personas. Claro, esto es evidente y no requiere mayor explicación si históricamente revisamos como se comporta la vida en las ciudades en que hemos vivido durante los últimos 10, 15 o 20 años, cualquiera podría indicar que las temperaturas han aumentado considerablemente. Pero esta situación tan evidente tiene otra serie de explicaciones que incluso tocan la misma forma de construir las ciudades, el propio urbanismo y la forma en que las personas se han comportado. No hay que ser un experto en el clima para saber que una extensión considerable de asfalto y cemento no absorbe de la mejor manera la radiación solar, de tal suerte que el suelo y el aire se calientan, y sucede lo que pasa normalmente: el aire caliente se eleva y pasa a ser reemplazado por aire frío, lo que a su vez causa vientos que traen nubes y afectan la manera en que la humedad se ha concentrado previamente. Con un poco de imaginación y una inteligencia promedio, al igual que el recuerdo de las ciencias básicas aprendidas en la primaria (la educación de la niñez) se puede entender que un microclima como el de la ciudad, es afectada por la pobre arborización de la misma, y en general la falta de fuentes suficientes de agua, la inadecuada urbanización y por supuesto, el exceso de personas.

La densidad poblacional a mi juicio es el mayor de los problemas de los seres humanos, que tiene varias explicaciones. Una pobre educación sobre las consecuencias de la natalidad, que probablemente también se explica en una nula o también pobre educación sexual y que dispara los embarazos no deseados, en un país en donde la reproducción es aun un problema asociado a la religión y en que la gente de frente se persigna y reza, y por detrás es altamente promiscua. Sin contar con un sistema legal que no da a las mujeres control sobre sus cuerpos y obliga a que en estos casos los niños deban nacer o nacer, pero sin ayudar de verdad a estas madres a su desarrollo y el de los infantes, en tanto la norma propugna por la vida del neonato, pero en ningún caso por su dignidad, eso a nadie le importa. Por otro lado está la tecnología, la técnica, la medicina, factores que hacen que las personas mayores, los adultos mayores, prolonguen su vida por más tiempo de lo que en principio se habría esperado, de esta manera nuestro mundo se está llenando de niños, jóvenes y ancianos, pero solo hay recursos y facilidades de producción para los que están en una edad intermedia, los adultos formados y capacitados.

Los humanos entonces, se reproducen como si no hubiera un mañana, y en mi caso me parece fácil de ver cuando en un día normal de descanso casi todo sitio al que arribo está adornado con la clásica pareja de padres atormentados (de esos que olvidaron como sonreír) con al menos un par de infantes que no superan los 10 años de edad. Quizá su nivel actual económico les permita darles el sustento, lo necesario. Aunque también veo mucho padre joven sin los suficientes recursos (o ganas) de criar a sus hijos, a esos que probablemente no fueron del todo deseados. Padres que no crían a sus hijos porque deben trabajar a como de lugar para asegurar ese sustento que en el caso de los infantes es mucho más costoso que con respecto a los adultos, puesto que los gastos de desarrollo y educación, que cada vez son menos cubiertos por el Estado (a quien sin embargo si le importó desde un principio que no se evitara un nacimiento no deseado), con abuelos que cansados como están de una vida que ya en sí misma les reportó una vida sacrificada se encargan de ver (y criar) a sus nietos, teniendo que vivir y convivir con hijos que nunca superaron el ciclo que antes se consideraba normal, de independencia, de hacer una vida propia. Ese ciclo al que responde el sistema de principios y valores, y sobre el que incluso está cimentado (al menos en teoría) el modo de producción económico.

Así las cosas, somos muchos, algunos dirían que muchos más de los que aguanta nuestro planeta, y en principio no estarían tan equivocados, de no ser porque consumimos mucho más de lo que necesitamos. Ese es otro de los problemas más graves, el consumo. En este punto peco incluso como parte de esta colectividad rampante, nefasta y criminal, la cual tiene y muchas veces desea más. La culpa de esto es muy difícil de encuadrar, e incluso inútil. Resulta mejor intentar hacer algo por la humanidad, desde cada uno, disminuir el impacto de nuestro paso por el mundo, no abusar, no destruir, no excederse. Es en el exceso en el que se concentra el mayor problema, los cientos de toneladas de comida que se pierden porque la gente pide más de lo que puede comer; decenas de zapatos, bolsos, accesorios y muchos otros que responden únicamente a un sentido de la acumulación e incluso de la moda, los cuales resultan muy difíciles de derrotar.

Bueno, existen de todas maneras posturas críticas frente a este tipo de corrientes, y frente a los sucesos que dan cuenta de un mundo saturado, contaminado y en creciente depredación. El problema, sigue siendo la gente, es demasiada y no cumple sus ciclos naturales mientras que se concentra en multiplicarse sin crecer, en dejar retoños que no lleven ningún legado, puesto que su desarrollo es incompleto y no tienen nada que dejarle al mundo, posiblemente no tuvieron tiempo de aportar nada, mientras que los que aportaron son marginados, inutilizados y despojados de importancia al tiempo que se les mantiene con vida por conveniencia del sistema, el cual sin embargo se basa en una planeación a largo plazo que resultará insostenible en el mediano.

Hay que hacer,  lo que hay que hacer: Cierto, vivir de manera más responsable y pensar un poco más en el otro, por pura relación de supervivencia desde uno mismo, porque ese otro podría ser nuestro verdugo, a menos que se convierta en una influencia positiva en nuestras vidas, al tiempo que deberíamos nosotros serla en la suya...

Difícil, la vida, el mundo, el círculo de lo humano se ha cerrado alrededor de sí mismo, sin pensar en lo que le rodea, de tal suerte que algún agujero causado por su paso destructor, por su accionar depredador, será lo que lleve a su aniquilación.

lunes, 3 de agosto de 2015

El que espera, pues espera

Esto se corresponde bien con la idea de que quien se levanta temprano es ayudado por la divina providencia, porque no basta con que debamos hacer las cosas por nosotros mismos, sino que está bien metida dentro del imaginario colectivo la idea de que existe un poder superior que en principio está ahí para suplir la falta de voluntad de cada cual. Dicho esto, la idea misma no se correspondería a otra cosa que a la justificación, y a la pereza (por supuesto). Después de un largo rato, me he visto abocado nuevamente a hacer uso de este espacio, con el tiempo respirándome en el cuello y mostrándome lo agobiante de la finitud.

El uso de la paciencia podría ser uno de los más complejos tópicos para una disertación del tipo especulativo, porque no podría definirse de una manera que no resulte escueta, o como mínimo conveniente. En principio he usado esta reflexión como pico esgrimido dentro de la cortés forma en que se ha revertido mi tolerancia, o incluso desde un punto de vista un poco más regular y por tanto pusilánime, la ausencia de la misma, como si esta implicara la aceptación completa sin ninguna arista, de este tipo de situaciones. Aceptar, respetar, tolerar, no son exactamente sinónimos, ni implican en momento alguno la anulación del ser, o el simple repudio de la concepción y consciencia individual. Pero no es esta manera en que se pone a prueba mi voluntad, mi tranquilidad y mi capacidad para acallar cualquier pensamiento homicida el que me ocupa actualmente, no, no se trata de eso.

Se trata de la otra forma en que se ve este asunto, en tanto la paciencia es esta virtud de oponerse al malestar mismo que supone el hecho de dejar ser, de permitir que las cosas vayan, aun ante el sobresalto que supone poner algunas cosas al cuidado de otros, funcionar entonces a expensas de ese otro. La otredad es ajena, extraña por definición y eso implica necesariamente perder el control, muchas veces por completo.

Este tipo de circunstancias en las que se consolida la forma de ser, la forma de estar a través del manejo del tiempo, son las que consolidan esa otra forma de paciencia, la que se forja por espera. Existe entonces una manera de ver, de hacer, de contar, de vivir, que implica una agobiante y a la vez nutrida realidad: El ritmo de vida es uno solo, y nuestra percepción acelera o ralentiza las situaciones en atención a múltiples situaciones, que a su vez son también circunstanciales. Y es que entender la realidad es un gesto complejo, un guiño a la materialización de la razón, que seguramente no puede ser del todo realizada, pero que resulta todo una experiencia en hacer al menos alguna que otra aproximación, como seres pensantes y conscientes de la realidad que nos rodea, que nos ahoga a veces, porque el aire es solo una sustancia en la que podemos subsistir, en donde nos es natural existir, pero lo que no implica que no nos rodee, puesto que el espacio a nuestro alrededor tiene algo, muchas cosas, y la resonancia de estas, su reflexión, refracción, frecuencia, es lo que nos permite sentir, incluso el paso del tiempo.

El que espera entonces, generalmente no tiene de otra. Somos dueños únicamente de lo poco o mucho que las restricciones que nos rodean permiten, y la nuestra es la ilusión de la libertad, sometida a leyes tan determinantes y difíciles de romper como la gravedad, e incluso a aquellas de corte social que limitan total o parcialmente el desarrollo de nuestras mentes.

El grado de limitación es proporcional a la consciencia, a la aceptación de la lógica que subyace al límite, incluso porque se nos ha mostrado históricamente que somos débiles, y que hacemos lo que hacemos, para sobrevivir, casi como si toda circunstancia endógena y exógena correspondieran a la naturalización, porque claramente toda evidencia y lógica muestra que el deber ser es constantemente un equivalente del ser, para hallar el primero, de tal suerte que la imaginación usualmente es tan valiosa y constructiva como la corriente generalizada lo permita, y esto aplica a todas las ciencias, a toda disciplina, a todo acto o valor humano.

Esta es una reflexión inacabada, escueta y agobiante. Como todas las importantes.

También aplica:

Paciencia (2008)
Consecuencias
Sólo
Tiempo y espacio
Paciencia (2011)
Martes: Desafío de paciencia
Exaltaciones y Calmas 



jueves, 23 de julio de 2015

El ruido, preludio de alguna que otra especulación

Ruido, un bloqueador de los espacios de claridad existencial...

Es realmente complicado llegar a un verdadero espacio de claridad, en especial cuando la esfera personal, ese alrededor que circunscribe alguna porción del universo que puede considerarse como propia, se plaga de contaminación. Los ruidos se reproducen, se multiplican y conforman una extraña cacofonía que no deja de complementarse con toda serie de sensaciones y sentimientos de personas

La situación se hace en extremo preocupante cuando se llega a una conclusión no tan precipitada en relación con la recurrencia, no es la la primera vez que esto sucede. Un pequeño consuelo: De alguna u otra manera el hacinamiento como tal es mínimo, aún cuando las circunstancias resultan no menos que contaminantes, y la afectación del ser, en todo caso, termina permeando a su vez el estar.

Afortunadamente existen circunstancias amenas, recuerdos vívidos en los cuales el bienestar se une, se genera contra y desde el amor y todas las cosas pueden al menos ser bellas. Un poco, un tanto y a la vez desde lo cierto y lo evidente.

Menos mal.

jueves, 2 de julio de 2015

Aburrimiento (III) segundo preludio de una reflexión

Me gustaba cuando le ponía imágenes a este Blog, ah tiempos aquellos que no pueden volver a cuenta de los bloqueos de esta maldinga red...

Si hay algo que caracteriza al ser humano es su inexorable tendencia al tedio infinito, al menos en los últimos tiempos. Recuerdo aquellas reflexiones en relación con lo que implica el aburrimiento (AburrimientoAburrimiento IIAburridoTrabajoEl fondo)...

Aburrido como puede estar todo aquel que se desencanta, la frustración por el devenir propio de los días y sus noches, lo que es tal vez diferente a la sensación de desasosiego propia del que necesita estar distraído, o en tal caso concentrado. cualquiera sea la razón, el motivo o el resultado de un ejercicio de pensamiento. Por una parte se encuentra la indisposición por hacer, por carecer de sentido o ser indiferente a las razones propias de ese "deber ser", un esquema de valores y principios que distan del "ser" o del "es", y que sobrepasan cualquier escala racional de correspondencia moral e incluso lógica. La respuesta de la mayoría suele estar en unos días adelante, en el tan anhelado viernes, en donde la existencia es una carga que se sobrelleva a punta de alcohol o de cualquier otro distractor, de tal forma que el mismo quehacer, las obligaciones, las ocupaciones, también constituyen una forma adicional de llenar la cabeza con sensaciones, percepciones y pensamientos "felices", todo con el fin de nunca, nunca, nunca (jamás), pensar en la razón de las cosas, en los por qué, en las consecuencias y en general en lo que viene, pero a partir de lo que se queda...

Estoy empezando a odiar un poco la rutina de todos los meses, los pagos que se traducen en colas en bancos, por la pereza y la atención a la deuda ante una falsa seguridad de dinero en los bolsillos, ser tan libre que no se pueda disponer debidamente de los espacios y los tiempos para al menos acabar con los pendientes, en alguna suerte de orden que deje solo aquellos más graves, los que algún día tendrán que resolverse.

Y en medio de todo, el aburrimiento, el tedio...


viernes, 26 de junio de 2015

Reflexión mojada, para una lluvia mejor

Algunos días empiezan diferentes a otros. Somos el resultado de una consciencia dividida o incluso difusa, un producto o un conjunto que tuvo lugar, pero que no corresponde con una circunstancia espontánea. Venimos al mundo como resultado del amor y el deseo, pero negados de presente a ellos en la medida en que nuestra concepción establece lazos que con esfuerzo intentamos replicar a lo largo de toda una vida, muchas veces sin éxito.

Los errores constantes deberían construir una existencia completa, coherente, con un grado de consecuencia y de mesura al menos relativo frente a la cotidianidad, no esa que en sí misma intenta destruirnos a partir de la excesiva repetición y del establecimiento de rutinas que pueden ser resultado de la corriente generalizadora, aquella misma que nos impone los hábitos y las necesidades, porque muchos de nuestros aspectos deben de alguna manera estar previamente ajustados y determinados a lo que el colectivo expone (impone) como bueno o adecuado. Lo anterior no quiere decir que las reglas sean malas en sí mismas, en tanto su ideal se corresponde con la idea de una sociedad civilizada y pacífica, o cual implica la cesión de libertades, caprichos, derechos y posibilidades, e incluso la supresión en cierta medida de la propia independencia, autonomía y libertad.

El error es una prueba constituyente de la inexorable voluntad del caos cósmico, de la tozudez del propio ser humano, y consecuencia de la racionalidad del accionar al igual que de la levedad del pensamiento La acción contempla siempre un sinnúmero de valores, escenarios y sentimientos cruzados, de tal manera que no podemos ser enteramente lógicos, racionales o emotivos. El balance vendría a ser algo enteramente relativo, y no del tipo que permite actuar desaforadamente o incluso banalizar los aspectos relativos a la existencia, porque no, la relatividad no es igual a nimiedad o desarticulación de la evidencia objetiva, y la aproximación desde un sujeto tampoco desconoce o desestima una percepción, la idea derivada de la misma o un argumento resultado de todo el proceso cognitivo que torpemente se hiló anteriormente.

Hoy soy un ser sometido y atropellado por el error, mojado por la lluvia y atacado por la falta de defensas efectivas contra un ambiente que está plagado de circunstancias que enferman, y en donde la ausencia se me convierte en dolor y el dolor a la vez en ira. Tal vez me falta inteligencia emocional para lidiar con que no sea como yo quiero, con que las cosas no resulten de la manera en que las pienso, y es que puedo enfrentarme a casi cualquier cosa, menos a contrariar la propia idea que tengo sobre lo que me es más cercano: yo mismo.





lunes, 22 de junio de 2015

Pausa para "WTF"

Hay días de aquellos en que no se puede dejar de pensar: ¿Pero qué?... O ¿qué onda?, o, What the fuck?

Sí, no importa el idioma, no importa la propia forma, el sentimiento es el mismo. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué necesidad? El mundo intenta agobiarnos por cuenta de su indecible necesidad (y necedad) por plantear las cosas de la manera menos natural o menos lógica posible. Tal vez anteriormente haya hecho alguna suerte de reflexión sobre lo que implica lo "natural", al igual que el sentido que tiene la lógica y como en algún sentido estas no son ideas contrarias, lo que sí es que dependen del esquema racional de quien hace este examen.

Pero toda perspectiva racional es insuficiente cuando se trata de hacer ciertas determinaciones y de establecer los presupuestos para la acción de otros. La planeación y los sistemas de gestión, al menos a nivel institucional, adolecen de una profunda falta precisamente de ese análisis que les da sentido, lo que me lleva a pensar que en el objetivo de hacer, mostrar y gestionar, se hace un olvido consciente de lo que precisa el manejo de todo tipo de recursos y talentos, en donde debe tenerse en cuenta naturalmente que se está tratando con personas, circunstancia que hace las cosas diferentes, los escenarios de planeación tan únicos, que no pueden estandarizarse protocolos o procedimientos que sirvan a su vez para muebles, papas, perros o materiales de desecho.

Somos seres humanos, con ciertas necesidades únicas que trascienden las esferas de la necesidad y de las obligaciones. Claro, estos temas son muy poderosos a expensas de lo que ata o aterriza a cada persona y que no tiene que ver con otra cosa que con la idea que según el tipo de sociedad, o el espectro cultural en que se desarrolla la persona, le circunscribe a escenarios en los cuales ha de ser, y debe hacer, lo que no impide que se hagan desarrollos personales que no deben resultar incompatibles con esas esferas obligacionales, es lo que en principio puede llamarse libre desarrollo de la personalidad y que pomposamente es defendido por políticos, juristas y defensores de lo humano, pero que en realidad no se entiende como dimensión y muchas veces no pasa de ser un eslogan de campaña.

Aterrizando todo esto, es incomodo por no decir otra cosa que los espacios laborales estén delimitados a la producción y al resultado, pero esto es normal, dado que de lo que se trata no es de realizar a cada persona en esa dimensión suya que es el trabajo o la profesión, sino de hacer todo lo posible por explotar al máximo la plusvalía. Para eso basta leer cualquier análisis económico medianamente serio y que críticamente no esté subvencionado por alguna rama ultra capitalista, a cualquier nivel institucional o académico. Probablemente esta afirmación no resista este trato superficial que le estoy dando, pero en este momento no intento abordar este problema que subyace a la misma esencia del mundo y que podría estar analizando algún día. En este momento me ocupa la consecuencia, la que procura que se establezcan reglas para la forma de laborar, pero sobre todo que se pongan de presente los límites dentro de los cuales se debe desarrollar esta actividad laboral, que a veces resulta hasta necesaria (y me odio un poco por esta justificación), cuando lo que se requiere es una actividad mecánica y prolongada, lo que curiosamente es lo peor recompensado y con el mayor grado de abuso.

Pero también existen imposiciones inexplicables, malucas, dentro del contexto de un trabajo de carácter intelectual. Y no me es fácil entrar en materia o hacer una crítica directa a lo que me generó el malestar que ahora se plasma en este texto. Se trata de pensar en el sentido que tiene la forma, las imposiciones derivadas de la sobre exposición diaria a la burocracia.

En este contexto entonces, resalto el motivo de mi inconformidad, la razón que en principio sirvió de combustible para estas líneas: el bloqueo sistemático a ciertos sitios de internet, dentro de la red de mi sitio de trabajo.

Insisto, ¿cuál es el sentido de bloquear contenidos de la red? a muchos les parecerá un lugar común el que las redes sociales se encuentren bloqueadas dentro de los trabajos, tal es el caso de Facebook, Twitter e incluso Youtube, sin embargo el catalogo de sitios a los que no se puede acceder, es bastante extenso. Las excusas que he encontrado a través de los años, en tanto esta situación no es nada nueva, tienen que ver con el hecho de que se exceden los anchos de banda y se consumen recursos de sistema necesarios para algunos procesos al interior de las diferentes entidades / empresas, de igual manera he encontrado que algunos justifican el hecho de este tipo de bloqueos en aspectos de rendimiento laboral, llegando al extremo absurdo de considerar que esto ayuda a las personas a concentrarse más en el trabajo. (*inserte risas*)

La generalidad de nuestros ambientes laborales contemporáneos es que se encuentran constituidos por cubículos, separaciones para delimitar espacios de trabajo y aprovechar en mejor manera los recursos, como el mismo espacio, porque si fuera factible nos pondrían a unos encima de otros, pero se supone que también se deben tener en cuenta los factores laborales como la dignidad y otras cosas que van de la mano con la gestión del talento humano, pero que en general están enfocados para ser tratados como un problema, un inconveniente, como aquel de que las personas tengan que usar el baño, hacer pausas activas, comer...

De igual manera se ve como un problema el que la gente tenga a bien espacios o momentos de alguna clase de esparcimiento, de tal suerte que en mi caso particular no puedo acceder por decir algo a la plataforma de lectura / escritura Wattpad, porque seguramente eso sería nefasto para mi productividad laboral, aunque curiosamente este bloqueo se mantiene aun en horas que se supone son de descanso como el medio día, y también luego de la misma jornada laboral, en donde no habrá problema si sacrifico de mi tiempo libre para "hacer más", pero si en que acceda a ciertos sitios.

La prohibición y el bloqueo se extienden a sitios como Deezer y Spotify, de tal suerte que ni siquiera se permite que se escuche música mientras se trabaja, circunstancia que no veo como puede interferir en el rendimiento. Ahora, son muchos más los sitios que son objeto de bloqueo, y muchos de ellos derivan de sitios personales, pero principalmente cualquier portal que pueda ser considerado como de ocio o que tenga contenidos ligeros. Blogger por alguna razón, se encuentra a salvo de los esfuerzos censuradores, tal vez dado que los correos electrónicos no son objeto de bloqueo, eso si que sería un despropósito. Todo esto surgió porque fue a revisar algunos documentos para una investigación que realizo, la cual podría llegar a tocar efectos laborales, pero en todo caso si va de la mano con algunos de mis intereses académicos, y ciertamente me puso a pensar que en mi trabajo requiero altas capacidades críticas y de investigación, estar al tanto de realidades de múltiples ámbitos políticos, económicos y jurídicos, pero con todo y eso no tendría por qué estar bloqueado parte alguna de la red, a donde es mi derecho llegar, más cuando a las redes bloqueadas puedo acceder desde mi smartphone, por lo que realmente toda justificación a este tipo de medidas es tecnocrata, fascista, y muy metida en la lógica de que se deben tener trabajadores adoctrinados y que tan solo ejecuten tareas mecánicas, lo cual estaría muy alejado de las mismas razones de ser de mi profesión, así como de la labor encargada y ejecutada.



viernes, 19 de junio de 2015

Tiempo después

Han pasado ya un poco más de tres meses y este espacio que se supone sirve entre otras cosas para garantizar (de alguna manera) la integridad de mi mente ha estado desocupado, libre de pensamientos, reflexiones y especulaciones. Tal vez yo no haya estado como tal desocupado, o tal vez me he ocupado de mala manera, como todo conmigo. Toda explicación es insuficiente, y lamentable, porque me lleva a las continuas razones de antes, las excusas del ayer que aún son las del hoy, lo que vuelve cada día una parte de un ciclo, un paso dentro de la misma curva del espiral. Y lo tengo tan claro que realmente no me es posible planear una escapatoria.

Es curioso como pasan las cosas, un movimiento en la rutina el cual tal vez no resultó de la manera planeada, porque toda estrategia puede adolecer de ese defecto ajeno, y seguramente es una proyección de culpa, sin embargo la seguridad y la consecuencia son efectos y virtudes personales que no deberían tener una consecuencia tan adversa, pero está el otro.

La otredad siempre ha llamado mi atención como una parte necesaria de lo relacional, por simples razones como que se hace inevitable, aún a pesar de la mejor interacción con cuadrúpedos e inanimados, con el sol, la luna, las estrellas y el viento. No, el otro no se va, no puede eliminarse, y de cierta manera tampoco puede ser del todo evadido.

De esta manera resulta no menos que imposible llevar una vida que pristinamente no cuente con el factor humano externo, y en mi caso esa realidad cuenta con una fuerza absoluta ante la externalidad, por la misma razón de ausencia de poder y libertad de la que ya me he ocupado. Vivir en estado de consciencia, así sea de manera parcial resulta complejo, conlleva un alejamiento de lo que está naturalmente establecido y que de manera clara es insuficiente.

Mi cabeza entonces se ocupa en circunstancias problemáticas generadas por otros, con soluciones, tiempos y determinaciones que exceden lo que puede ser considerado como cierto, justo o coherente. Plazos, indicaciones y contraindicaciones, todo esto amarrado a la necesidad, o simplemente a la falsa seguridad y a la misma desidia de enfrentarse a cualquier cambio, salvo que el mismo esté correctamente planeado y se corresponda con un estilo de vida, con un deber ser en términos del ser, una existencia agotada  y que no tiene más asiento que la propia certeza de llegar al día siguiente, pero buscando un plan a futuro. Un estado de contradicción, un sinsentido que parte de una idea impropia, que a su vez desemboca en una consecuencia incierta, incompatible, indeseada.

martes, 12 de mayo de 2015

Auto ayuda-me

Así que un recorrido de mil millas inicia con el primer paso...

Claro, ni modo que iniciara con el último.

Soy un gran entusiasta de la auto superación, de las buenas cosas que permiten salir adelante, seguir, continuar, vivir, sentir, existir, amar...

No obstante me resulta patético el que no se pueda dedicar un poco del esfuerzo personal a encontrar problemas, o al menos a reconocerlos, abordarlos. Claro, también llego a sufrir de esa magna cobardía que me hace huir para pelear después, pero solo en los casos en que la pelea no tiene sentido o cuando la misma me puede lastimar por una razón de dejar, por el sentido de lo que pasa si se lastima a ese otro por el que se siente tanto amor como por sí mismo, o tal vez más.

viernes, 8 de mayo de 2015

Feliz cumpleaños VIII

Es increíble, pero este como todos los años, procedí a olvidar que mi Blog, este espacio, cumple un año más cada mayo. Celebrando esa oportunidad en que decidí plasmar mis pensamientos en este tipo de formato, con la facilidad de, bueno, todas estas ventajas que tiene una bitácora o blog...

A veces me sorprende como ha cambiado la vida alrededor del internet durante los últimos años, y como algunos ni siquiera conocen lo que implica un blog, ni de donde salen o por qué están aquí.

Los contenidos se han hechos dinámicos, es decir aptos para quienes ya no quieren leer, porque se supone que no tienen tiempo, así una persona promedio pase incluso una tercera parte o más de su día viendo cosas como feeds de redes sociales y/o hablando por lo servicios de mensajería y chats.

martes, 7 de abril de 2015

Chiste del día

Alguna vez fui gracioso. Al menos un poco. Tengo la plena seguridad de vivir en un mundo que es un chiste eso sí, que no tiene la facultad de reírse de sí mismo, pero que por lo general se burla de todo.

Y eso amigos, eso...


¡No es gracioso!

viernes, 13 de febrero de 2015

Poder y libertad

Tomado de: http://www.imagenessincopyright.com/2014/08/playa-de-tailandia-durante-la-puesta.html
Ayer, dentro de las diferentes actividades de la noche, vi un video, en el cual una persona llenaba cuidadosamente un planeador, de esos en que se consignan eventos a futuro, metas, razones y una logística cuidadosa para llevar a cabo las tareas; Esta persona daba razones, exponía condiciones y resolvía preguntas de manera previa al hacer. Esto, me hizo pensar en los pendientes, en los presentes, porvenires y devenires.

En mi caso, no puedo tener tan claro un cómo, en especial cuando ese interrogante refiere a mi vida, puesto que las cosas de otros, las del trabajo incluso, siempre están acompañadas de sus propios afanes, donde palabras como 'urgente', 'inmediato' y otras, pierden su significado, dado que lo laboral es el espacio de los caprichos personales e institucionales, en donde quien tiene poder, mando o una posición privilegiada, por lo general sufre de espasmos Napoleónicos.

El poder corrompe, aunque eso tal vez no sea cierto, porque en sí el poder hace grande a la persona que lo posee, pero  no de la manera cliché en que nos han intentado envolver las máximas resultado de las frases facilistas de amplio uso y poco entendimiento esgrimidas a lo largo del desarrollo personal. Según estas, ser grande es encontrarse dotado de virtudes magnas, alguien revestido de cualidades morales superiores, que en esencia lo dejan en un estado de pusilanimidad que lo haga extremadamente útil para todos los demás.

Lo cierto es que si se le da una herramienta a alguien que represente la posesión de atribuciones importantes, que afecten a otros, por lo general la va a usar, y muchas veces no estará exento de abusar, por la simple razón de que muchas veces el poder se concentra de mala manera y recae en un alguien que no sabiendo qué hacer con él, abusa. El abuso de poder estaría tan presente en nuestra consciencia como la misma ansia, la que tendría origen en ser abusado, en estar en el extremo de la ecuación en donde se tiende más hacia la miseria, donde se debe obedecer, agachar la cabeza, callar.

Esta circunstancia generaría profunda inequidades, estrechos mundos en los cuales más de uno nos hemos visto sumidos. En donde los intereses, las necesidades, los quereres individuales deben ceder ante los del poder. La dominación encuentra sentido cuando se refiere a la voluntad personal como la causante de este tipo de circunstancias, con una lógica fría, tan cruel como el modo de producción que rige al mundo, en donde se supone que hemos decidido tener la vida que tenemos, hacer el trabajo que hacemos, vivir en donde vivimos, comer lo que comemos.

Claro, la voluntad y la decisión nos permiten un rango de maniobra que en todo el mundo de occidente es tomado como la libertad, pero la cual claramente está desde la misma teoría limitada. Claro, resulta natural que limitemos nuestro actuar a los constructos ciertos de la vida en sociedad, lo que tomamos también como natural, como principio fundante, indiscutible. Aunque, tal como lo he sostenido, no es algo inconcebible, puesto que cada cual debe sacrificar algo de sí con el fin de construir un bienestar común.

Muy bello, ideal, interesante. En el papel. En la práctica son muchas las circunstancias que limitan nuestra autonomía, puesto que no se trata de que tengamos todas las opciones, y claro, somos libres de vivir en donde queramos, pero ni tanto porque cada lugar tiene un dueño y la única manera de lidiar con esos intereses es teniendo un poder de adquisición (dinero); De igual manera somos libres de trabajar en lo que queramos, sin embargo tendremos que primero prepararnos según el estándar aceptado y que esta preparación se adecue a las normas sociales y a las comerciales, desde ahí tendremos que ser capaces de dar valor a nuestro actuar y a nuestro desempeño, con una posterior prueba en falso de aptitudes y contrariedades que empiezan cuando se requiere nuestra experiencia especifica para trabajar de manera igualmente específica, de suerte que para obtener algo, tenemos que primero demostrar que no lo necesitamos, o sencillamente correr con suerte y lograr aprender de otra manera.

Lo cierto es que terminamos sometidos a la demanda, haciendo parte de una oferta que quizá no fue la mejor, tal vez porque dentro de la libertad no pudimos ser artesanos, músicos, poetas o pensadores, porque eso directamente no es deseable, porque todo está hecho, todo se encuentra pensado o porque la cultura también responde a una idea de lo sobresaliente.

De libertad poco si se tiene en cuenta que se debe trabajar en lo que salga, porque de otra manera el dinero se agota y ya no somos tan libres para dejar de pagar la renta, ni somos libres ni siquiera de vivir sin usar recursos como el agua o la energía eléctrica. En efecto somos libres de no pagar, aunque eso no implica que la deuda siga creciendo con vida propia, que permita posteriormente que todo lo que se abone a nuestro inexistente pero libre patrimonio, sirva para cubrir aquello que libremente se decidió deber. Pero lo curioso llega cuando no se tiene nada, solo a sí mismo, en ese instante lo que se debe se paga con uno mismo, y la libertad de manera más aparente, más superficial también se acaba, cuando te toman y te impiden irte, salir, moverte. Y entonces tal vez solo seamos libres de pensar, ¿o no?

miércoles, 11 de febrero de 2015

Debida y correctamente informado

Fuente: http://www.imagenessincopyright.com/2014/09/cubo-de-rubik-ordenado.html
Nuevamente he sido sorprendido por la capacidad de las redes sociales como difusor, controlador y homogenizador de corte absoluto dentro de la dinámica mediática que rodea las construcciones de pensamiento de las gentes del común.

{Paréntesis: Me refiero a la gente del común sin ninguna intención pretenciosa u ociosa por el insulto de ese otro que incluso puede estar leyéndome, sino como una realidad de aceptación, cohesión e integración social de la cual suelo estar prudente o imprudentemente distanciado}.

Siempre me ha sorprendido hasta un extremo que raya en el terror, la influencia que los medios tienen en la gente, al parecer esa idea del "estar informado" es una excusa para que algunos individuos se nutran de unas ideas que aun ajenas se introducen hasta el punto de hacerlas propias, de convertirlas en el propio pensamiento, en la propia razón, cuando en realidad esto es solo una aceptación, una dominación por cuenta de los conceptos ajenos que conlleva la supresión de aquel yo racional, crítico y dado a la discusión y la construcción de conocimientos al igual que la disposición de consensos creados a partir de un verdadero cruce de ideas, que en tanto deberían ser disimiles o tener sentidos diversos, para que todo no se trague entero.

Pensar, he sostenido en muchísimas ocasiones es problemático, conlleva una carga necesaria de consciencia que aturde de manera racional al plantear inconvenientes para el normal desarrollo de nuestras vidas, no tanto porque no sea posible seguir adelante, pero el cuestionamiento genera ruido, y la mayoría de las personas prefieren hacerse las sordas antes que prestar atención, porque es preferible a detenerse por un momento a observar, a sentir, a dejarse llenar de realidad aun cuando se tenga la capacidad de descender a cualquier universo fantástico.

Aquel rito de ungimiento en el pensamiento es cierto, doloroso, de ahí que los perceptivos, conscientes y racionales en realidad tengan una vida trágica en tanto que los falsos iniciados se conforman, son felices con eso que han recibido pero que entienden como concebido por ellos mismos. El engaño hace parte de nuestras vidas, es posiblemente el único axioma que no requiere discusión, al menos no de manera abierta, porque la mentira es un demonio que se guarda bajo el brazo, que se esconde estrechamente aun cuando pueda repercutir en alguna manifestación nauseabunda. Es justificable, pero aun mas, es deseable cuando se realiza de manera parcialmente consciente, cuando afecta solo a quien lo enfrenta.

El engañado persiste en su engaño, se nutre del mismo y lo hace público con gran alboroto, puesto que para el esta realidad inventada es lo más deseable. De esta manera se considera informado, insisto, aun cuando sus fuentes son dudosas, cuando se confunden los hechos con las opiniones, y no es que resienta estas últimas, pues en mi caso las reflexiones y constantes opiniones tienen para mí el mayor de los valores, pero no por eso son incuestionables ni pueden ser controvertidas. Así, cada poca información es transformada en uno más de estos hechos, que suelen constituir una opinión solida, informada, racional y consciente en apariencia, pero que en el fondo no posee ninguna base, ningún principio fundacional.

La relación entre una idea o concepto propio y uno al cual el individuo fue sometido, radica en que los consensos que construyen ideas o pensamientos, tienen varias capas y estas constituidos a partir de diferentes tipos de argumentos, que tienen relaciones entre sí incluso con otros conceptos subyacentes, pues la información es dinámica, al igual que los pensamientos. De ahí que una construcción sólida implique la reducción, ampliación o reversión de la información por procesos de inferencia, deducción o inducción, que generalmente se realizan a través de varios cuestionamientos del tipo: ¿por qué?

Conocer la razón por la cual se sostiene algo, de manera diversa o contingente a un simple 'si', es una de las consecuencias lógicas de un pensamiento debidamente construido, aún cuando no se responda a todos los niveles que requeriría la estructura de una opinión sólida. La graduación de esto, no viene al caso, pero generalmente para el correctamente informado, para esta persona del común, al segundo ¿por qué? ya le corresponde un sí rotundo, o una respuesta categórica, negligente y grosera aun peor que evidencia como esta información no debe ser cuestionada, en tanto es absoluta, casi siempre en atención a la fuente, como una típica falacia autoritaria, de ese otro que sabe como pensar, y que usa su talento para la manipulación, para la homogenización del pensamiento a través de la información.




viernes, 6 de febrero de 2015

Viernes otra vez

Tomado de: http://www.imagenessincopyright.com/2014/07/llave-antigua-con-fondo-claro.html
Seguir con este blog, con el ritmo que tuve el mes anterior no es nada fácil. Los días se hacen una constante que aun no tan repetitiva como podría (en un sentido de estar peor), si conllevan una rutina que guarda un peso considerable al acumular quehaceres en medio de los deberes y quereres. La cotidianidad se rodea de plazos, límites y tiempos, que sumados a los lugares necesarios para el amor y la dicha, terminan limitando el ocio, dentro del cual muchas veces esta bitácora no tiene un lugar determinado.

Escalas, graduaciones y medidas. No es de ninguna otra manera en que se sobrevive al ritmo de vida desde lo establecido y comúnmente aceptado. La corriente generalizada de pensamiento nos obliga a establecer prioridades y a buscar términos de referencia para nuestras vidas que se adecuen al discurso de la eficiencia, del rendimiento. De esta manera también hemos terminado por asimilar al ocio como algo improductivo y que debe casi que ser escondido, dejado a un lado y enterrado de la más felina forma. Pero algunos hemos optado por no establecer vergüenzas basadas en criterios ajenos, en especial ante lo ilógicos que resultan, contradictorios, ladinos y tan propios de estas sociedades que premian lo perverso por interposición de la virtud que está más gastada que las reflexiones al respecto.

Dejarse ir, dejarse llevar. Dejar ser.

Así, cada espacio es tan importante y tan especial como circunstancial. Porque la circunstancia es un camino necesario para la llegada a una consecuencia de índole significativo, lo cual tampoco implica que cada acción deba responder a un antecedente solemne o que revista de la mayor importancia para nuestra vida. Cada pequeña cosa de la cotidianidad incluso, está marcando una estela de puntos que conforman la línea de nuestras vidas, la cual no es recta como ya lo he mencionado varias veces, sino que resulta sinuosa, reptante, caótica.

Es ese mismo sentido del caos cósmico el que forza que cada una de mis acciones queden de manera impune ceñidas a la uniforme discontinuidad de mi haber, lo cual celebro cuando me permite permanecer lucido dentro de la red entrópica de mis propios pensamientos.

Ese mismo sentido del caos me llevó a titular esta entrada, porque es viernes otra vez, porque nuevamente todo confluye hacia el verdadero aprovechamiento del tiempo libre (ja, aprovechar), o simplemente porque si.

miércoles, 28 de enero de 2015

Exaltaciones y Calmas

Fuente: http://www.imagenessincopyright.com/2014/08/rostro-de-un-buda-en-piedras-de-silleria.html
Hoy, he sido victima de un sobresalto a cuenta de una de las bombas (plásticas y rellenas de aire) que adornan esta magnifica oficina; absorto como estaba en mis pensamientos, el ruido de la explosión del aire saturado con saliva, me hizo saltar de mi puesto y encogerme, tanto como si el ruido implicara peligro. Me exalté.

Constantemente, alguien cercano a mí, hace una crítica a mi falta de emoción, a mi calma, un reclamo sobre la ausencia de sobresaltos anímicos, indicando que a su juicio a mi todo me da igual, como si nada me importara.

Bueno, tal cosa no es cierta.

En principio, no soy del todo una persona calmada, aunque con el tiempo he aprendido a cultivar la paciencia al igual que la tolerancia, ambas cosas las he necesitado para sobrevivir en un mundo que detesto la mitad del tiempo. También he logrado sobrevivir a un temperamento que me trajo muchos problemas en el pasado, explosiones de ira acompañadas de violencia. Un ánimo colmado de malos o peores genios, una actitud gruñona y una tendencia a lo irascible. Todo un maniático salido de control.

Para mi fortuna, antes de enloquecer encontré formas de liberarme de los demonios, formas para hallar alegría en pequeñas cosas cotidianas. Maneras de estar tranquilo y de dejar pasar, aquella negación consciente que alguna vez ocupó lineas dentro de este mar de reflexiones inacabadas, imperfectas y especulativas. Las exaltaciones de la vida las he tenido que vivir en ambientes en los cuales no podía mantener el control y lo que he logrado actualmente tras uno que otro evento desastroso y muchos correctos, adecuados y felices, es estar tranquilo, aceptar, comprender, entender y cuando aquello no es posible, tolerar.

Mis emociones están allí, y salen cada día cuando encuentro un guiño en el cielo matutino, cuando tarareo la canción a la que he dado vueltas hasta marearla, cuando canto a volumen variable otras tantas tonadas que han hecho transito a mi biblioteca de emociones para dar, recibir o simplemente para tener.

Doy a cada cosa su importancia, a cada suceso su momento y a cada instante su valor. He aprendido a adecuarme, a adaptarme perdiendo cada vez algo de las mascaras anteriores, desdibujando mi propia esencia sin perder aquello que importa, esa alma que se pretende o se entiende inmortal, y matando o dejando atrás a los rostros gastados de cada etapa vivida y que ya no tienen sentido. Aun no logro morir del todo para renacer como una nueva persona por necesidad, pero ante todo por gusto, y ciertamente estoy en camino de hacer cada vez más lo que me gusta y menos lo que otros requieren de mí. 

Lo magno, lo espectacular, también pasa, y está siempre guardado en mi cabeza y atornillado como un sentir especial, de una u otra manera, lo que me hace tan particular y único como cualquiera, pero tan cierto, tan único (como todos) que lo que preciso es relajarme, cruzar las manos por encima la cabeza y pensar en la amada, sonreír y por qué no, esperar para dedicarle algún otro instante rodeado de felicidad antes que de tranquilidad.

martes, 27 de enero de 2015

Martes creativo

Tomado de: http://www.imagenessincopyright.com/2014/08/trabajando-en-la-oficina-por-la-tarde.html
Es martes, porque ayer fue lunes, o simplemente lo es porque tiene que serlo, o porque a alguien se le dio la gana que así fuera, claro, yo no tuve nada que ver con ello, solamente que el día de ayer estuvo marcado por la enfermedad, lo cual disparó mis niveles de desidia, y así.

La pantalla del querido y bien ponderado Spotify me muestra una lista de reproducción denominada "Impulso Creativo", la cual no reviso (pese a la curiosidad) por temor a que esté repleta de pop-ligero-contemporáneo-electrónico-indie...

Claro, probablemente a la mar de personas que están afuera haciendo lo que quieren y dejando correr su imaginación, trabajando por gusto y no por cualquier otro verbo modal, a esa gente le resulte inspiradora esta música que puede resultar rítmica antes que melódica y sobre todo, que está cargada de sonidos que ponen la cabeza a trabajar. Alguna vez denominé a algunos tipos de música electrónica como mata-neuronas, una pesadilla pendular con un volumen que no permite otra cosa que saturar los sentidos, pero bueno, no toda la música de corte contemporáneo es de este corte aniquilador de materia gris, pero no viene al caso.

Me encantaría que mi trabajo fluyera mejor por cuenta de la música, pero el ambiente oficinesco correspondiente al deber ser dentro de la estructura del poder, adolece precisamente de malestares estructurales y problemas derivados de la eficiencia mal vista, o del peor de los síndromes burocráticos por cuenta de la organización, por el desarrollo de la eficiencia y la eficacia, las cuales precisan definirse en tratados de cientos de hojas en una pura contradicción ontológica, puesto que el signo se ha perdido en la forma, y el procedimiento aunque no es todo, si delimita al universo.

Ser creativo a pesar del volumen de voces, murmullos y ordenes constantes que ante la posición jerárquica le llevan a uno a centrarse sin poder concentrarse, a escapar de ese ruido que a los demás parece no importar. La música es un escape necesario, aun a pesar del riesgo evidente para la sanidad, para a salud por cuenta de la excesiva carga sensorial que no todos resistimos, porque quizá no es grave el mutismo, y se siente, se puede estar al tiempo que se ve, se escucha y se degusta, palpar cada tecla y gozar de el matiz diferente según su distancia del centro de masa de cada uno de los dedos.

El mundo no se detiene, pero puede ser parcialmente ralentizado por un simple ejercicio perceptivo que para casi todo el mundo es una maldición en tanto su vida es un lamento, una consecuencia de algo inexorable y tan grande como el dios que llevan en el bolsillo y que les sirve para justificar cada pequeña y gran cosa, para encontrar sentido de sí mismos, para saberse en el universo que ni siquiera se esfuerzan en comprender. Así la vida se les pasa, a un ritmo acelerado que también resulta contradictorio frente a la necesidad de que la rutina pase, de que llegue el viernes, de que pase todo lo que no es ameno, y llegue aquello que en principio y se supone, si se disfruta. Tan creativos, ¿no?

domingo, 25 de enero de 2015

Domingo: Desafío de desafiar

Fuente: http://www.imagenessincopyright.com/2014/10/balon-de-futbol-en-un-campo-de-cesped.html

Hoy es un día perfecto para hacer cualquier reto, para tomarse un momento y hacer ejercicio, para cocinar el mejor desayuno del mundo...


Pero ante todo...


Para dormir media hora más y luego no salir de la cama hasta el medio día.

sábado, 24 de enero de 2015

La mejor edad

Fuente: http://www.imagenessincopyright.com/2014/06/peces-de-colores-en-una-pecera.html

El viernes escuché a varios gatos expresando sus opiniones sobre cosas de la vida, porque eso de trabajar para qué. Al parecer se referían a la determinación del espacio, de la autonomía y la libertad; los escuché hablando de la correspondencia de la edad con aquel concepto anómalo correspondiente a la madurez. De igual manera los escuché en más de una ocasión referirse a "la mejor edad", correspondiendo ello con aquella en que al parecer se disfruta más la vida, o tal vez se tiene más libertad. ¿De veras?

Muchas veces cuando esos otros con los que evito relacionarme, se encuentran hablando de las cosas varias de la vida que incluyen su forma de ver las cosas, veo espectros de consenso, relacionados con el comportamiento. Por supuesto, es apenas lógico, son seres mucho más sociales de lo que este no tan humilde servidor podría ser alguna vez.

La obviedad de algunas cosas se contrasta con la profundidad de los conceptos detrás de algunas afirmaciones que no son más que dudas existenciales, en realidad no encuentro ninguna respuesta, el discurso de cada uno es absolutamente descriptivo, con la consciencia suficiente para un análisis participante, pero más allá de eso, nada. Las conversaciones se pierden entonces entre anécdotas de situaciones que por simple empatía humana, se hacen interesantes, pero hasta ahí, eso sólo porque la vida suele tener un cierto grado de humor, de drama en sí misma que resulta relevante.

En otro segundo, de un momento a otro, ya no se está hablando más de la voluntad humana si no de algún número correspondiente a una situación que tiene relevancia a efectos del trabajo, con el mismo tono y un tanto la misma sorpresa que les causaba estar discutiendo sobre la irreflexiva personalidad de cada una, tan común como todas, tan única como ninguna.

Sobre la mejor edad, la madurez de la vida acorde con la idea de cada uno de estos individuos sobre construcciones personales, de género, de respuesta social a los impasses diarios, no pude entrever ningún indicio verdadero de discusión, con las ganas estúpidas y petulantes que me dan de intervenir, de dar mi opinión producto de múltiples años de observación. Pero seguro me habría arrepentido y me habría desviado antes de expresar palabra alguna, porque mi mejor edad tal vez ya pasó, o porque soy demasiado maduro para esto.

viernes, 23 de enero de 2015

Viernes (Parte II)

Tomado de: http://www.imagenessincopyright.com/2014/04/fotografia-de-un-nudo-marinero.html
Hace algún tiempo escribí como detesto, o detestaba a esa fecha los días viernes.

Aún me sucede un poco, a veces. Por varias razones aparentes, otras conscientes y profundas, que exceden lo que ya he escrito de forma directa o tangencial.

Alguna vez escribí como existen zombis en las calles, en las plazas, en los autobuses. Quienes se mueven por la pura memoria muscular y el peso de la obligación; Tener que, deber (sobretodo deber, porque todos debemos algo). Indiqué como tal vez mi extraña antipatía por el día, corresponde a una falta de concordancia con las cosas como están constituidas. Una y otra vez el objeto de mis reflexiones ha caído en un espacio común en el cual me pregunto por la dirección, por el camino, por el estado, por la realización de la consciencia y los espectros relacionados con la forma de ver todos los tiempos, todos los espacios, lo que me ha llevado a la conclusión de que en algunos momentos lo indicado es hacer una pausa para respirar, o para lo que se me ocurra.

En todo caso, el viernes es la union con ese espacio merecido de descanso, de ver a la persona amadda y compartir con ella, de dedicar tiempo a si mismo; pero para algunos el peso del día como tal es grande y su propia forma de hacer las cosas los lleva a ir a media marcha, a departir más de lo debido, a hablar, contarse una y otra cosa, porque el trabajo queda en segundo plano ante la oportunidad de hacer alguna clase de charla, tan banal como se requiera.

Para mí todos los días siguen siendo iguales, el cansancio de la semana lo veo reflejado sobre las 6 de la tarde, tal vez un poco antes, pero no llego condicionado desde la mañana para hacer algo diferente, trabajar a otro ritmo. Claro, existen ventajas del día, como lo de no tener que llevar corbata, relajarse un poco desde la vestimenta, lo cual no es excusa para relajar el cerebro, o para usarlo de otra manera. Soy un bicho raro porque me gusta trabajar a un ritmo parejo, de manera constante.

jueves, 22 de enero de 2015

Ángeles

Tomado de: http://cdns2.freepik.com/foto-gratis/angel-sin-cabeza_2299357.jpg
A veces, solo a veces me pregunto, si voy por el camino correcto. ¿Cómo saber en principio cuál es éste? ¿Cómo diferenciar? ¿De dónde se saca la sabiduría necesaria para hallarlo?

La respuesta es un tanto contradictoria, pues en principio para reconocer cualquier sendero hay que transitarlo, o al menos haber recorrido otros que puedan considerarse similares. Entender, aprender, aprehender, saber. 

Una contradicción, en principio o tal vez una necedad de estas que resultan obvias y que no requieren de mayor reflexión.

No me resulta tan extraño el considerar que a menudo se nos niegan las experiencias (empezando por las laborales), por la idea quizá de que todo está dicho, todo está escrito, de que hay suficiente ilustración frente a todo campo y que la innovación o el verdadero desarrollo del pensamiento creativo es algo que pertenece a alguna especie de seres superiores que vistos a través del lente de la majestad mediática, están por allá tan lejos, únicamente a merced de una cámara para enseñarnos un poco de sí, para iluminarnos con aquella luz tan escasa. Son los ángeles de la contemporaneidad.

Existe una gran posibilidad de que me equivoque, porque se me da muy bien. Pero lo cierto es que hay un nivel de consciencia, de inteligencia, de creatividad, de genialidad, de carisma, que nos han elevado hasta un estado casi divino, irreal, inmaterial y por tanto inalcanzable. De alguna manera se nos enseña sobre lo especiales, únicos y grandiosos que somos y podemos llegar a ser, pero con la advertencia tacita de tener un límite considerado en ese otro que es por más, grandioso.

La imagen mítica del otro, surreal y angelical, de esa otredad inalcanzable empieza como lo sugerí anteriormente, con un medio. He de seguir considerando hasta el cansancio como el grueso de la población es altamente influenciable a través de la palabra, de la magia implícita en lo dicho, la cual acompañada de algún grado de poder comunicativo, del sentido de autoridad que da la misma masa, o que se transmite por simple carisma, constituye un instrumento macabro.

Nos dicen qué pensar y cómo pensar, y dentro de este ejercicio comunicativo es que nuestros ángeles son mitificados. Cumplen hazañas maravillosas, algunos a través de su desempeño en algún deporte sobremediatizado, otros han tenido alguna jugada genial en el mundo de los negocios y han logrado conseguir mucho dinero explotando el morbo, la naturaleza canalla y cínica del ser humano o simplemente su sed de esparcimiento,su necesidad de ocio.

El éxito constituye este elixir que exalta la esencia mortal conviertiéndola en divina, pero es ese algo que viene con él, probablemente el dinero, que nutrido de la envidia que nos carcome, hace que tengamos una admiración casi enfermiza. Claro, no está mal querer más. Tal vez ningún ser humano (desde la cultura comúnmente aceptada) sea ajeno a la idea del poseer, del tener, de hacer suya alguna cosa, porque de eso se trata casi cualquier relación, los sustantivos son formas de apropiación, de igual manera muchas de los complejos mecanismos sociales y de pensamiento, que buscan la manera de apropiarse de todo otro, del otro, de la otredad. El mismo conocimiento es la adquisición de conceptos, de ideas y constructos racionales que se apropian. Nada es nuestro, pero lo queremos todo.

Nuestro mundo es el triunfo de la envidia, a la cual me referiré en cuanto sea pertinente, pero que efectivamente es el sentimiento que logra introspecciones poderosas para reducir a los individuos, lo que impulsa el desarrollo, la conquista de las limitaciones propias, el avance dentro de las capacidades personales.

Claro, podemos ser estos ángeles de alas construidas a punta de envidia, o podemos ser capaces e independientes, e intentar librarnos de las ataduras, volar de verdad, en el silencio, en la majestad del cielo, sin que haya nadie por ahí que envidie nuestro poder.

miércoles, 21 de enero de 2015

Ave, semper avanti

Saludo (hola), siempre adelante...

Tomado de: http://www.imagenessincopyright.com/2013/08/puesta-de-sol-rojiza-en-baviera.html
Inexorable como puede ser, la rotación y traslación terrestre es algo menos que inevitable, el tiempo sucede, pasa y todo se pierde entre días que se asoman tímidos, y noches que aparecen trémulas y desprovistas de magia.

La luna se ha quedado sin quien le aúlle y en las esquinas la noche ha dejado de tejer monstruos etéreos y profundos para llenar la existencia de temores simples y concretos, como el filo del metal frío que uniforma a las apariciones nocturnas, las que pertenecen solo al velo de la oscuridad.

No, las pesadillas se concretan a diario y toman formas totalmente humanas, personas arrastradas por el determinismo de un sistema que traga personas y defeca abominaciones. El propio sentido de la decencia se pierde, cuando todos los principios otrora resultado de un sistema ético religioso más o menos coherente, se quedan únicamente en una señal en la frente, desprovista de poder, y unas palabras que solo indican la sumisión a un esquema de pensamiento conveniente.

Conveniencia, egoísmo, cinismo, al igual que un pensamiento y actuar totalmente canalla. No hay una consciencia sobre el resultado de las acciones y la inmediatez es una cárcel en la cual se cuecen las más primales de las perversiones. No existe un punto de fuga para los demonios personales y por eso estos se apoderan de quienes los concibieron.

Pero con todo y eso estamos, somos y parecemos. Pensamos, vivimos y sobrevivimos. Pese al temor, alimentándonos del terror del otro, por culpa de lo que a nuestro alrededor se nos ha hecho perseguir.

Adelante, por la orilla, con cuidado, pero adelante.

martes, 20 de enero de 2015

Los parásitos, multientrada y cuasiespeculación. Parte II.

Viene de acá [Primera parte].

Tomado de: http://www.imagenessincopyright.com/2013/02/naegleria-fowlery-parasito-humano.html
Entonces, tenemos claro que cuando una persona ya no necesita ser mantenida por otro, y aun así lo es o lo está,  por aplicación del concepto expuesto previamente, se convierte en un parásito.

El parásito es una criatura que subyace al interés social por una vida productiva. Se encuentra más allá del esquema social así haga parte de él, lo cual me parece aun más detestable cuando se trata de encontrar una justificación en una conducta que caiga en lo abusivo, con la connivencia de ese otro que es manipulado por cualquier razón que a lo sumo resulta probablemente en un beneficio mutuo, en una simbiosis. Pero para ello tendría que haber una correspondencia al menos aparente en ese beneficio (mutuo), por lo que a juicio de la presente entrada tienen que ser extremos conexos o supuestos concordables.

Bien, tenemos toda una serie de justificaciones para que una persona vive a costa de otro, muchos usaran las excusas de corte sentimental, las cuales son claramente dadas al mejor ejemplo para lo que ahora me ocupa. Un parásito corriente es aquel que depende por filiación, biológica o no, de aquel otro que lo ha criado, sostenido, nutrido desde la etapa propia de indefensión. Por una obligación legal, afectiva o social.

Este es probablemente el caso más común de parásito, el que es también retoño.

La explicación social más común con respecto a este tipo de situaciones es la unión o comunión familiar, se supone que esta conformación social se constituye en una célula dentro de la configuración general de la comunidad. Pero este concepto ha evolucionado y la familia no representa tanto una unidad, como tampoco es ya una base social en su sentido estricto en tanto las familias se fraccionan y se diversifican conforme a la mecánica social.

Aunque pueda o no ser creíble, nuestro sistema de valores, de movilidad y escalado social se base en dos tipos de solidaridad: Una mecánica que se supone está inspirada en los conceptos y valores más naturales o básicos de la comunidad desde la enseñanza individual, cosas que se evidencian en la idea de la tolerancia, la misma compasión y el claro respeto de aquel mínimo de garantías personales, las cuales difieren entre uno u otro grupo social, pero en todo caso tienden a estar determinados con claridad a partir de las bases culturales y étnicas; Por otra parte se encuentra una especie de interconexión entre individuos que responde a una división orgánica, relativa a sistemas diferenciados y producto de construcciones propiamente sociales y culturales, lo cual explica hechos como la identificación por sistema de castas, al igual que las identidades académicas, profesionales, o por grupos que mezclan diferentes conceptos para la desagregación social, que implica a su vez el aglutinamiento y la cohesión, o incluso la homogenización como conjunto plural (pueblo, Estado, Nación).

De esta forma, casi que naturalmente respondemos a esquemas que sirven a la idea de la compañía, e incluso el ermitaño y asocial tiene en estas bases su razón de ser para la negación de la idea del otro, la reafirmación del yo o la protección de los espacios considerados como personales. Territorialidad, economía, sociedad, estos conceptos perduran y son transmitidos de una generación a otra, con independencia a la evolución de los discursos.

Pero esos mismos conceptos, sumados al modelo económico (o sistema de producción) imperante, nos refieren de manera constante a la idea de una autosostenibilidad, de independencia y de utilidad. Esta última se encuentra especialmente marcada dentro de la teoría económica que se basa en la idea del capital, que encuentra su perversión y cúspide también en las ideas de la especulación (económica, no la de este blog) y el consumo.

Como seres sociales entonces, pertenecientes a esta dinámica socioeconómica, debemos atender a la obligación de utilidad, tendríamos que corresponder al lugar dentro de la sociedad (cualquiera que este sea). Es por ello (en parte) que buscamos el desarrollo individual a través de lo profesional, para aplicarlo de alguna manera y encontrar algo útil que recaiga en beneficio personal, traducido como un trabajo. Esta compleja maquinaria social y económica es mucho más grande que nosotros mismos, y la divergencia a lo que está ampliamente aceptado, a lo que constituye las reglas del constructo social, también requiere de un gran trabajo de resistencia.

Las personas entonces pueden llegar a ser útiles o medianamente útiles, pero a su vez la dependencia de otros en parte o de forma total, puede ser constituida de manera tal que los recursos generados en virtud a su esfuerzo, a la carga que sobre ellos mismos pesa por cuenta de la utilidad de sí, solo atienda a ellos mismos de una manera que resulta parasitaria.

El parásito entonces, se aprovecha de la situación además del otro, de tal suerte que aún cuando trabaje, usará el resultado de ese esfuerzo en el mantenimiento de su estatus parasitario, en el refuerzo del mismo. La excusa para dejar de lado una vida apoyada en ese otro, es generalmente reducida a efectos de los mismos recursos, de tal suerte que le serán insuficientes para establecer una existencia autosuficiente.

Fuente: http://www.imagenessincopyright.com/2013/03/economia-inversion-online.html

La justificación encuentra su punto clave cuando se construye una verdadera zona de confort, apoyada en múltiples escenarios a los cuales el parásito acude como hechos. Pero un análisis económico medianamente serio podría mostrarnos como el vivir a costa de otros al único que beneficia es al parásito, constituyendo a su vez una afectación a las mecánicas sociales más básicas.

De esta manera quien vive de otros tiende a excusarse frente a esta situación en la falta de recursos básicos para su propia subsistencia. Esto por lo general no es cierto y conlleva una aplicación natural de la economía parasitaria para la cual los gastos propios que no conllevan la satisfacción propiamente de necesidades, tienen prelación, lo cual se explica en que las verdaderas necesidades son suplidas por otro. Las necesidades más básicas son aquellas que derivan de la propia biología: alimentación y dormida, al igual que la atención de necesidades básicas de expulsión de residuos. De esta manera todos necesitamos comer, al igual que un sitio en donde dormir y atender a nuestras necesidades fisiológicas Por extensión cultural esto implica también tener un espacio que pueda ser determinado como propio, al igual que el arreglo de nuestro ser dentro del desarrollo de lo que han llamado la "personalidad", que no es otra cosa que la extensión racional de este ser biológico dentro de un marco de referencia social.

Si se paga un arriendo entonces, o se tiene la propiedad sobre un inmueble de cualquier naturaleza, se atendería a casi todas estas necesidades, por lo que el parásito prefiere vivir en el sentido de "habitar" en la propiedad de otro o en donde ese otro es quien paga por el uso y disfrute de la propiedad usada para esa habitación. Este, suele ser un gasto que ocupa un margen amplio dentro del mantenimiento de cualquier individuo, y que por compensación este individuo cómodo prefiere gastar en sí mismo.

Podría seguir ejemplificando el orden de uso, conveniencia de manejo de presupuestos y toda otra cantidad de artimañas usados por el parásito para justificar su estilo de vida. Lo cierto para efectos de lo que me llevó a escribir esta entrada, es que una vida autosuficiente es más sana desde el punto de vista del impulso microeconómico y recae probablemente en la mejor utilización del espacio, una evitación de la oferta especulativa inmobiliaria, que se produce por la disposición tradicional de los espacios para vivienda en conjunto con aquellas de carácter comercial. Más cuando el parásito suele gastar únicamente en su propio bienestar, en bienes culturales, en diversión y otras industrias que tienen amplios márgenes de ganancia y que contribuyen de una manera menos directa al impulso y desarrollo de la economía.

Los mantenidos van a ser un problema que superceda todo indice económico en un tiempo venidero, cuando se examine la inconveniencia de frenar el desarrollo económico individual de un sistema que busca la mayor autonomía y eficiencia, por la conveniencia de evitar que otros busquen riesgo y por su cuenta establezcan dinámicas que muevan incluso generacionalmente la producción, dejando de lado tanto paternalismo y sobreprotección.