lunes, 28 de noviembre de 2011

El lado oscuro

En algún lado escuché que en ausencia de luz, la oscuridad prevalece; Lo gracioso es que eso es tan obvio y natural como las 1000 frases de Paulo Coehlo que me han enviado en cómodas diapositivas con música clásica y acompañadas de ilustraciones de paisajes y mundos mejores, toda una contradicción teniendo en cuenta la naturaleza del contenido, aunque supongo que las contradicciones y los sin sentidos son una excelente herramienta de adoctrinamiento.


Todos tenemos un lado oscuro, y justo ahora, viene a mi mente el recuerdo de una canción, y es que definitivamente tengo la marca del lado oscuro; La mayoría de las cosas me salen bien, en especial si no tienen que ver con otras personas, entonces, en este universo de luces, reflejos y caras, creo que soy tan solo un espectro de vacío, y seguramente siempre puedo atraer, incluso a veces con una gravedad poderosa, a tantos otros como el espacio alrededor lo permita...

lunes, 21 de noviembre de 2011

Paciencia

Como es de difícil tragarse las cosas, aguantar las ganas de matar, de hacer añicos cada cosa molesta que pasa cerca de esos instrumentos de destrucción que por diseño caprichoso tienen tanta facilidad para acoplarse a las ideas, por malignas que estas puedan llegar a ser.

Creo que la capacidad para usar la razón, se evidencia en la conciencia, y por supuesto, en la violencia.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Sábado

Amanece tarde para quien su amanecer no tuvo sol alguno.

Y es que es poco común el dormir hasta tarde, pero por varias razones, en el día de hoy, lo mejor era descansar o al menos no levantarse de la cama tan rápido; Esto último, porque no hay a qué, es decir, lo único que hay para ver por aquí es a la señora que se queja por todo; a las niñas que están en proceso de dejar su niñez, y que se resistirán como siempre a hacerlo, o al joven que se niega a dejar que la vida siga su natural curso; Sin contar con el gato quien ahora, solo duerme.

Hay días que se presentan como todo un reto para la cordura, en los que el tiempo pasa, pero a la vez se detiene entre los diferentes momentos que componen la memoria; Entonces, se hace bastante complicado maniobrar dentro de los laberintos que la misma mente crea, dejar a un lado el nefasto paso del tiempo, el peso de las decisiones, la nostalgia propia del existir, y la melancolía que puede llegar a haber en el proceso de aceptarse a sí mismo y negar la existencia ajena.

Los criterios básicos de equidad casi nunca aplican para un mundo que se construye según las piezas que algunos pocos tienen la dicha de establecer como ciertas, es decir, que todo es una imposición, que llega por la necesidad de adaptación, de inclusión y por supuesto de aceptación. Es decir, se pelea por la justicia, pero esta no aplica, porque cada cual llena su vida, de diferentes formas y modelos que lo someten precisamente y lo llevan a padecer de las mismas situaciones a las cuales después se estará quejando... Igual, todo es moda, y de la tendencia que este imperando, se desprenderan incluso las diferentes formas de rebeldía.

No sé por qué se me ha dado por escribir de este tipo de cosas, tal vez solo sea problemático.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Miércoles

He perdido el rumbo...

No, eso no es cierto, aunque a estas alturas del partido, me es difícil pensar en si quiero o no seguir, es decir, estoy trabajando a esta hora, pero en definitiva no me rinde, lo cual lo único que significa es que no quiero hacer esto. ¿por qué? tal vez porque estas ya no son horas de estar trabajando. Y es que creo que una de las constantes de mi existencia es precisamente, que todo lo hago a deshoras...

Como muchas veces una entrada empieza con una pendejada, en sí lo es, ya que por más que me guste protestar, en este caso no sirve de nada. Solo sé que estoy muy agotado, que quizá debería estar descansando de este aparato que me esclavizó durante todo el día; Sin embargo es algo que siento necesario, y la verdad con todo y el bostezo que me hace pausar obligadamente, voy a continuar.

Un día común empieza por un techo común y sobre conocido, o tal vez con la sensación áspera y a la vez cálida del tapete, salir del letargo de la noche anterior llevado de la mano por una voz seca que me indica que es hora de levantarse, sí, mi despertador es un chiste, un reloj parlante. Luego viene la inevitable rutina, y es que necesariamente debo comer, aunque a veces considero que en mí hay suficiente reserva para al menos sobrevivir la mañana sin alimento, pero no es cierto, casi siempre mi cabeza me lo cobra, y no todas las veces puedo quitármelo solo, ni respirando según mi chakra. De todas maneras no puedo desayunar del todo tranquilo, porque casi de inmediato entra la primera llamada de trabajo del día...

Y sin darme cuenta estoy de camino para la oficina, y casi sin pensarlo he empezado a ejecutar una a una de las labores, no como un autómata, porque tengo clara consciencia de lo que hago, es más bien como una inmersión que causa que todo se haga a un lado, incluso de nuevo la comida, tanto así que tuve que volarme a las 5 de la tarde, para comer algo, para pensar mejor, para trabajar con más calma, aunque esto hizo que horas después, no tenga la concentración suficiente para acabar con los pendientes que yo mismo me he dejado, con el pequeño listado de quehaceres que responden únicamente a mi deseo por hacer las cosas bien.

El intento de cada día de conservar la calma mientras se lucha con la voluntad ajena, o tal vez la falta de la misma, que convierte el ambiente en algo denso, en donde se camina con una gravedad aumentada por las exhalaciones de los otros, en donde todo pesa. Aún el sentido nefasto de no poder aceptar a otros, logrando tolerarlos de verdad, cuando cada cual se define por lo que expresa, por lo que le gusta y se siente menos cada vez que se da cuenta que no es aceptado, pese a estar inmerso en lo que se considera bueno; Y es que el deber ser es duro, y es que la compañía duele tanto como la soledad, pero causa al parecer heridas superficiales, o es que simplemente cuando las personas están muertas por dentro, ya todo el daño exterior se minimiza.

Solo resta esperar el apocalipsis, la diferencia, es que yo trataré de estar en el lado de la escopeta que tiene culata, porque del otro lado estará el cañón, y el BUM, que probablemente sea lo último que escuche aquel que desde este momento, ya empezó a pudrirse.

Volver

Han pasado 7 meses desde que escribí aquí por última vez, y es increíble la cantidad de veces que me vi tentado a dejar plasmados mis pensamientos y sentimientos en este sitio que a veces parece ser la única constancia de mi paso por el mundo. Sin embargo, no lo hice, y de eso en realidad me lamento un poco, pues de mí se escaparon ideas magnificas que pudieron plasmarse en unos buenos escritos; Sin embargo todo lo apunte hacia mi opera prima, la cual espero pueda ver la luz pronto, si no es por el trabajo y las obligaciones que distan la posibilidad de dedicar todo el tiempo que deseo a la concreción de mis diferentes proyectos. Lo cierto es que escribir me hace mucho bien, sea por el motivo que sea, y lealo quien lo lea, a veces tan personal como cierto, y a veces tan incierto y tan etereo que puede hacerme perder incluso a mí. Lo cierto es que día a día encuentro un mejor modo de ver las cosas y aunque mi vista se canse a ratos, creo que jamás dejaré de observar, de pensar, de sentir y mucho menos, de estar consciente.

PD. Tengo que examinar cuantas veces he escrito una entrada similar a esta, es decir, cuantas veces he vuelto o algo similar; Lo importante es que nunca me iré del todo, pase lo que pase.