domingo, 26 de septiembre de 2010

Odiar y Detestar

Siempre lo he pensado, lo he sostenido ante todo, que detestar es mejor que odiar, aunque en realidad para la lengua castellana no representan mucha diferencia, salvo porque el odiar implica un sentimiento "incontrolable"; ambos sin embargo, tienen que ver con la aversión, con el rechazo.

Como yo lo veo, el odiar es algo personal -intimo- , que lleva energía de parte de quien lo siente de forma que esta persona se entrega a ese sentimiento, lo que puede hacer que sea consumida; Implica entonces algo que afecta de manera constante a quien lo siente, y de una u otra manera -como un buen sentimiento-, es algo un tanto menos racional que otras cosas. Detestar en cambio sería algo más controlable, que se puede estar haciendo tan simple como una alergia, una urticaria de tipo espiritual y no algo que lo cargue a uno de tal manera que simplemente le dañe la vida, algo así como una racionalización del sentimiento por una parte, y por otra una despersonalización del mismo, buscando que lo sentido y pensado no agote a la persona que lo "sufre".

A diario veo ejemplos de personas que odian, en el proceso veo como sus corazones se llenan de rabia (no es que no me pase, yo solo me lleno de rabia de otra maneras), tan solo al tener este sentimiento, y muchas veces cuando se les indaga del por qué de tal cosa, tan solo contestan diciendo que no saben a que se debe, pero están seguros y seguras de que ahí está la sensación, lo cual probablemente solo se explique por la rabia. Yo les digo que deberían haber buenas razones para sentir aversión por algo, y dejar que se exteriorice, y no solo que esté en nuestro interior consumiendo la poca -o escaza- capacidad que tenemos para sentir buenas cosas. No creo que necesariamente la respuesta sea la tolerancia a como de lugar, ni el amor incondicional, pero si el respeto y muchas veces la negación consciente o simple indiferencia, tal vez eso ayude a que vivamos más tranquilos, tal vez eso nos ayude a liberar algo de la presión de existir. Tengo perfectamente claro que es todo un reto coexistir con muchos de los otros especimenes humanos, tan detestable se hace a veces la convivencia, que tenemos que buscar escapes a los demás y muchas veces nos refugiamos en nosotros mismos y buscamos estar solos. Si van a odiar, piensen ¿por qué lo hacen? y si no encuentran una buena razón, entonces no lo hagan más; Y si acaso tienen buenas razones, es hora de empezar a detestar aquello con un buen -y sano- sentimiento y sobretodo, intentar hacer algo al respecto, porque como buenos ingenieros de nuestras vidas es mejor que nos planteemos soluciones y no solamente pongamos -y vivamos con- problemas.

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2 comentarios:

Lenina dijo...

Es un sentimiento negativo, sólo perjudica a uno mismo, y estoy de acuerdo, hay que buscar el origen y ver que en la mayoría de los casos no merece la pena. Somos humanos, cometemos errores, podemos odiar, pero también reflexionar a donde nos lleva

Iván R. Sánchez dijo...

Lenina: Claro, a veces no vale la pena, salvo que de verdad este justificado, y eso ùltimo pasa muy pocas veces. Saludos, gracias por el comentario.