Cinco años ya… No me había fijado en hace cuanto que tengo este espacio, este sitio en que se ha impregnado bastante de mi alma; En el cual he dejado tanto, pero en el cual también he estado recibiendo constante retroalimentación de aquello que he hecho, que he intentado dentro de aquello que considero es la evolución de mi personalidad. Alguien me ha dicho que a veces parezco mucho mayor que mi edad, que tal vez poseo una sabiduría de esa que se nota precisamente porque es escaza, aunque a decir verdad me temo que muchas veces dejo la mayoría de este saber plasmado en mis palabras y no me guardo un poco para los usos de la vida diaria, de esa que cada vez se parece más al infierno de los pensamientos ajenos, que a aquel sustrato de los sueños y ambiciones personales con las cuales se tejen los valores, se articulan los pensamientos y se construye cada uno de nosotros.
La vida es tan complicada como uno la quiera ver, ciertamente no quiero una vida tan sencilla, me gusta lo complejo, más no lo complicado y es tanto así que quiero muchas cosas que otras personas no tienen presente, eso tal vez me haga especial o solamente raro, pero poco me importa; porque este mundo tiene muchos cielos y yo no he visto ni una decima parte de ellos, porque a cada sensación le sigue un suspiro que no he dado por ocuparme de algunas otras cosas; De profundidades que convierto en banalidades posteriormente, de cosas ínfimas que se vuelven absolutas, de miles o millones de proyectos que no se realizan o siquiera se acaban de plantear.
He llegado a pensar que soy muy complicado, me gusta el conflicto, me gustan tantas cosas que muchas veces desconozco muchos detalles, dejo a un lado tanto que pudiera llegar a hacer, porque simplemente me da lo mismo, pero no me da igual, y también siento, aunque no me afecte para nada. La respuesta sería entonces la de creerme el cuento de la complejidad, de aquello que no puede ser abarcado fácilmente, que requiere un poco de esfuerzo y de dedicación (tal vez un premio por el sobreesfuerzo), pero precisamente no es tan sencillo, y debo acoplarme, empezando por encajar en mí, en aquella vida que a veces me parece ajena, en la que siento que no encajo, o porque el mundo es estrecho para mis dimensiones, las de mis pensamientos o las de mis sueños, o simplemente porque en este mar de excremento, intentar flotar sobre un pensamiento solido y unas bases morales medianamente estructuradas, es casi siempre una invitación al naufragio; Al menos aún no me ahogo.
La vida es tan complicada como uno la quiera ver, ciertamente no quiero una vida tan sencilla, me gusta lo complejo, más no lo complicado y es tanto así que quiero muchas cosas que otras personas no tienen presente, eso tal vez me haga especial o solamente raro, pero poco me importa; porque este mundo tiene muchos cielos y yo no he visto ni una decima parte de ellos, porque a cada sensación le sigue un suspiro que no he dado por ocuparme de algunas otras cosas; De profundidades que convierto en banalidades posteriormente, de cosas ínfimas que se vuelven absolutas, de miles o millones de proyectos que no se realizan o siquiera se acaban de plantear.
He llegado a pensar que soy muy complicado, me gusta el conflicto, me gustan tantas cosas que muchas veces desconozco muchos detalles, dejo a un lado tanto que pudiera llegar a hacer, porque simplemente me da lo mismo, pero no me da igual, y también siento, aunque no me afecte para nada. La respuesta sería entonces la de creerme el cuento de la complejidad, de aquello que no puede ser abarcado fácilmente, que requiere un poco de esfuerzo y de dedicación (tal vez un premio por el sobreesfuerzo), pero precisamente no es tan sencillo, y debo acoplarme, empezando por encajar en mí, en aquella vida que a veces me parece ajena, en la que siento que no encajo, o porque el mundo es estrecho para mis dimensiones, las de mis pensamientos o las de mis sueños, o simplemente porque en este mar de excremento, intentar flotar sobre un pensamiento solido y unas bases morales medianamente estructuradas, es casi siempre una invitación al naufragio; Al menos aún no me ahogo.