A veces me despierto y me pregunto: ¿por qué a mí?
¿Acaso es necesario tanto ruido?
La gente se mueve de un lado a otro con pesadumbre, con el peso de su vida a cuestas, o convertido en una bola de cadena que pocas veces deja a estos seres caminar con la mirada arriba.
Su existencia se mide de a un paso cada vez, no más allá de un metro.
Borregos, ovejas, vacas, a veces lo mejor es salirse del camino... no ir hacia ni contra la corriente, simplemente no ir, no volver... ¿en qué momento se me ocurrió cercenar mis alas?
jueves, 20 de septiembre de 2012
martes, 4 de septiembre de 2012
Perdido
En algunos momentos uno se siente perdido, en mi caso, pasa más a menudo de lo que quisiera. Incluso muchas veces me encuentro divagando aún entre los más básicos de los pensamientos superficiales producto necesario de los sentidos. Hace rato descarté la posibilidad total de estar loco de atar, bueno, tal vez lo esté. Aunque la locura es como todo, tan solo un punto de vista y está claro que lo que importa es ser funcional. Servir.
Aunque ya me tiene mamado ser tan útil y tan poco capaz a la vez, he llegado a extremos molestos en los cuales no cabe el auto control y aún así no me explico como no he cometido alguna locura (de nuevo, malditas etiquetas de comportamiento).
Si me llego a encontrar de nuevo, probablemente sea entre las líneas de este espacio, de este sitio que siempre ha servido como mi refugio, en el que he puesto muchos de mis pensamientos y que empezó precisamente como un medio para encontrarme.
Ya no sé que hago, a que juego, en todo caso sigo perdido, varios metros bajo una espesa maraña de problemas, de falsos premios y supuestas posibilidades...
Habrá que ver...
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