Un día cualquiera.
Revisé algunas de las entradas antiguas de este blog. Vaya que era enredado. Durante varios años me di a la tarea de expresarme sobre toda clase de pensamientos. En ultimas son los mismos, desarrollados de formas diferentes, convexos y cóncavos, dispersos o centrados. Pero la rutina, el tedio propio de la cotidianidad, le quita agudeza a las observaciones, pertinencia o profundidad a las reflexiones. Todo decae, y no se trata unicamente del efecto de los años. También es por el dejar ser, que a veces se confunde con el deber ser.