Esto de jugar a ser grande es complicado, en algunos momentos te dejas cargar de todo lo que son las ocupaciones, derivadas de las obligaciones. Es improbable dejar de ser o dejar de hacer en determinados casos, ya que si no nos obliga una cosa, lo hace otra, entonces se hace un verdadero mar de caos, cosas que no nos dejan vivir. Es como si siempre el mundo conspirara, lo único libre es la libertad, nada se aplica en realidad a nosotros mismos, como si nos inventáramos las cosas para luego negarlas o ser la inaplicación de ellas, todo tan oscuro y tan complejo que en la repetición propia del espiralado circulo de la vida, en la ascendente de nuestros caminos vemos que no nos podemos bajar del tren o mucho menos pedirle al maquinista un receso.
6 comentarios:
Yo a veces quisiera ser nina otra vez para no tener responsabilidades... pero esa es la vida...
y yo soy niña...
Ermmm yo soy niña aun -.-
Ocupaciones, tiempo, actividades, horarios... tienes razón, me gustó esta entrada corta pero con la cual me identifico.
Un abrazo gigante para tí y besitos dobles.
Pues, hombre, el día que me bajen del tren me muero.
Cuidate y abrazo...
Pues no se hasta que punto sea bueno o sea malo, el caso no era de juzgar, sino de quejarme, es que es un poco distinto. Es la resistencia al cambio.
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