No tengo ni idea en qué momento, lugar o condición se me ocurrió hacer esto que hago. Todas las personas pasamos por reveses de personalidad, complejos desbarajustes vocacionales, y en más de una ocasión estamos preguntándonos de nuevo, ¿Cual será mi papel en el mundo?
Bueno, no todos. Para el grueso de las personas la vida se debate únicamente entre el ¿Qué compraré con este sueldo? y ¿Adonde iré de rumba este fin de semana?
No es que esté mal ser un poco superficial (poco, claro), si no que a veces la propia existencia no puede ser más que un dejar pasar, dejar ir el tiempo. Añorar que pronto sea viernes para salir, para descansar o simplemente para no trabajar. ¿Entonces para qué trabajas?
No pueden estar solos y si en cambio reniegan de sus compañeras, amigas, novias y lo contrario para las mujeres, porque no tengo genio para ser incluyente.
Todo es tan contradictorio, tan poco consecuente. Lo más sencillo de los demás, complica las más elementales concepciones personales. Se trata de hacer lo elemental complejo, y de buscar simpleza no obstante en todo.
No sé, hay que detenerse y respirar.
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