Empecé por Aquí: Reflexión sobre el amor.
Querer es muy difícil o mejor, tener una relación que implique un buen querer es complicado. Tanto es así que la mayoría de las veces el amor se confunde con muchas cosas que las personas asumen como amor por la inexperiencia o porque simplemente una vez hemos querido y sufrido por el amor, entonces nos creemos dotados de todo lo necesario para hacerlo (hablar y predicar sobre ello como algo natural y obvio). Claro que para hacer mas claridad es bueno distinguir bien que puede llegar a ser un querer y es muy lógico (para mi al menos), suponer que el mismo amor tiene niveles y que como casi todo en la vida no es algo absoluto.
Así las cosas lo mejor que puedo hacer es tratar de encontrar lo que puede llegar a ser una escala del querer o unos niveles lógicos de amor. Si bien es claro que para muchos el amor se divide en amor filial (fraternal) como el que se le tiene a la familia; amor a lo etéreo, divino (devoción) y que esta por encima del hombre (el amor a dios si es el caso); y el amor al otro, al complemento, media naranja, etc. Este último se asimila a veces con lo erótico y lo sexual, también llamado sentimental o romántico (cosa que no comparto, cuando cada palabra significa una cosa diametralmente distante de lo complejo de la pareja o plantea algo muy vago como para ser seriamente considerado).
Aunque devienen lógicamente del amor, de aquella capacidad del ser humano para sentir, se suele despreciar de alguna manera el cariño que puede sentirse por las cosas, al no ser sujetos sino objetos y no entenderse que no puedan corresponder, y a los animales en la medida en que suelen entenderse estos como seres puramente instintivos incapaces al parecer de responder a otra cosa que no sea a lo primario y urgente. También existen amores a las actividades diarias (yo diría el gusto por lo que haces, aunque hay quienes dicen que hay que hacerlo todo con amor, ¿confuso, no?).
Pero el amor está mas allá de estas simples consideraciones y si bien es asimilado como una búsqueda constante por el satisfacer del otro/otra, una preocupación desmedida por el otro/otra y la máxima capacidad de entrega de alguien; no creo que pueda entonces sumirse a tal sentimiento en la mecánica del sufrimiento.
Amar no es una incesante búsqueda por el sufrimiento como todos creen; ni es la fabrica mas eficiente de cínicos(as), misóginos(as) y decadentes despojos de seres humanos que convirtieron en costras duras como el metal la antigua materia suave y dulce que los rodeaba y que en algún gaseoso contorno hacia casi que volaran. El dolor es una manera de mostrarnos los errores, y ante todo la fragilidad propia del estar y de la forma clave de ser.
Somos porque sentimos, porque el mundo nos afecta y nos da motivos expresados en senso-percepciones para tomar decisiones; entonces, el amor no es mas que una forma mas de estimulo; uno que causa un caudal múltiple de reacciones tanto en nuestro cuerpo como en nuestro espíritu y cuya respuesta solo depende de nuestras propias decisiones y de las cosas que hacemos para intentar sobrellevar la corriente. Y no es que sea nadar contra la corriente, es precisamente que mientras que nos lleva, no nos ahogue.
Son los resultados de nuestras acciones los que traen consecuencias (obvio) y nunca los antecedentes y menos las mismas cosas relativas a nuestro sentir, es decir, que el solo sentir y la información previa que lo despierta (el amor en este caso) no tienen por que ser susceptibles de una clasificación o estigma como algo malo. Sigo considerando que el amor vale la pena y hay que sentirlo, pero es algo denso y lleno de diversas matices y no simplemente una sensación temporal basada en las hormonas; recordar como ya lo he expuesto antes a un ser humano que necesita, que desea y que quiere.
Somos multidiversos y multidimensionales, por lo cual necesitamos de muchas cosas, a veces todas a la vez y a veces una por una. Quiero terminar diciendo que no es necesario "estar dispuesto", insisto, no es un ejercicio de ver quien sufre más en aras del ideal romántico; Tampoco es un concurso de entrega y sacrificio, por extraño que suene, amar es saber que dar y cuando darlo, pero siempre estar dispuesto tanto a dar como a recibir, y es que ¿quien dijo que se hace algo sin esperar nada?
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Aunque devienen lógicamente del amor, de aquella capacidad del ser humano para sentir, se suele despreciar de alguna manera el cariño que puede sentirse por las cosas, al no ser sujetos sino objetos y no entenderse que no puedan corresponder, y a los animales en la medida en que suelen entenderse estos como seres puramente instintivos incapaces al parecer de responder a otra cosa que no sea a lo primario y urgente. También existen amores a las actividades diarias (yo diría el gusto por lo que haces, aunque hay quienes dicen que hay que hacerlo todo con amor, ¿confuso, no?).
Pero el amor está mas allá de estas simples consideraciones y si bien es asimilado como una búsqueda constante por el satisfacer del otro/otra, una preocupación desmedida por el otro/otra y la máxima capacidad de entrega de alguien; no creo que pueda entonces sumirse a tal sentimiento en la mecánica del sufrimiento.
Amar no es una incesante búsqueda por el sufrimiento como todos creen; ni es la fabrica mas eficiente de cínicos(as), misóginos(as) y decadentes despojos de seres humanos que convirtieron en costras duras como el metal la antigua materia suave y dulce que los rodeaba y que en algún gaseoso contorno hacia casi que volaran. El dolor es una manera de mostrarnos los errores, y ante todo la fragilidad propia del estar y de la forma clave de ser.
Somos porque sentimos, porque el mundo nos afecta y nos da motivos expresados en senso-percepciones para tomar decisiones; entonces, el amor no es mas que una forma mas de estimulo; uno que causa un caudal múltiple de reacciones tanto en nuestro cuerpo como en nuestro espíritu y cuya respuesta solo depende de nuestras propias decisiones y de las cosas que hacemos para intentar sobrellevar la corriente. Y no es que sea nadar contra la corriente, es precisamente que mientras que nos lleva, no nos ahogue.
Son los resultados de nuestras acciones los que traen consecuencias (obvio) y nunca los antecedentes y menos las mismas cosas relativas a nuestro sentir, es decir, que el solo sentir y la información previa que lo despierta (el amor en este caso) no tienen por que ser susceptibles de una clasificación o estigma como algo malo. Sigo considerando que el amor vale la pena y hay que sentirlo, pero es algo denso y lleno de diversas matices y no simplemente una sensación temporal basada en las hormonas; recordar como ya lo he expuesto antes a un ser humano que necesita, que desea y que quiere.
Somos multidiversos y multidimensionales, por lo cual necesitamos de muchas cosas, a veces todas a la vez y a veces una por una. Quiero terminar diciendo que no es necesario "estar dispuesto", insisto, no es un ejercicio de ver quien sufre más en aras del ideal romántico; Tampoco es un concurso de entrega y sacrificio, por extraño que suene, amar es saber que dar y cuando darlo, pero siempre estar dispuesto tanto a dar como a recibir, y es que ¿quien dijo que se hace algo sin esperar nada?
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