martes, 1 de diciembre de 2009

De nuevo la consciencia

Hace poco estaba viendo un capitulo de una serie que considero una de mis favoritas, en la cual sale un personaje bastante particular, el cual siempre he podido ver como el retrato de una persona que encarna lo solitario y miserable que puede llegar a ser tener conciencia, tanto así, que dicho personaje durante 5 años debió estar refugiado en los analgésicos opiáceos para distraerse de la realidad, de aquello que le resultaba lo más terrible: su propia conciencia; más aún en este ultimo capitulo que vi, apareció otro personaje el cual me recordó lo complicado que puede llegar a ser el estar “al tanto de”; Esta conciencia o  capacidad de reflexión que suele resultar de poder observar realmente, ser consecuente con las acciones y reaccionar de acuerdo al pequeño gran trozo de materia gris y blanca que tenemos arriba de los ojos, es problemático, de la misma manera que alguna vez lo plantee y que sigo pensándolo.

Creo que de cierta forma en la felicidad no resulta necesariamente esquiva y sobrenatural, sino verdadera, tan real que se disfruta como debe ser, pero la conciencia da una perspectiva en la que puede tenerse certeza tanto de que nada puede ser eterno, así como que las cosas tienen grados, momentos y consecuencias, y por supuesto, también principios.

Las cosas normalmente no salen de la nada, ni los bebes, ni las ideas, ni los colores ni mucho menos cada cosa que queremos; es decir que uno debe buscar, encontrar, hacer y conseguir; con lo cual no puedo estar de acuerdo en que muchos vean su vida como un cumulo absoluto de dicha infinita, me preguntaría entonces, ¿de dónde sale? Y es que tampoco creo que haya nada ilimitado, nada eterno, la misma naturaleza en su ejemplo nos muestra que si bien hay ciclos, tampoco nada se pervierte hasta resultar inmutable, eterno o diáfano.

Todo puede ser tocado, afectado por la distancia, por el tiempo, por la velocidad, por la temperatura, por la medida de las cosas, por el pensamiento del sujeto; por los verbos, adjetivos y sustantivos. Precisamente a algunos nos gusta no solo sentir, sino saber y conocer de donde viene el sentimiento y hacia donde va; No solo por el afán tan humano de entenderlo todo (y controlarlo), si no simplemente de poder replicarlo; Y es que uno de los principales intereses científicos en entender un fenómeno, es precisamente poderlo repetir, un experimento que nos de certezas, que nos permita estudiar datos y postular teorías.

Si, tal vez mi lenguaje no sea el adecuado para decir que no podemos confundir la felicidad, el éxtasis propio de los sentidos con la simple falta de crisis, con la ausencia de dolor. Pese a la dualidad que representa, el hecho de no sentir lo malo, no quiere decir por descarte sentir lo bueno, entonces ¿dónde queda el contraste? Si bien considero el equilibrio una realidad, es solo el antecedente tanto de la cima como del declive, esos instantes previos al descenso en la montaña rusa de nuestras vidas, en que temblamos de emoción (o de temor) antes de que llegué el vació, el grito, la emoción, que es en realidad lo que se busca, ya que ¿Quién querría un camino plano?

Esta entrada es un poco recurrente, pero llega a mi en un momento de tranquilidad que no me resulta del todo agradable; De la larga espera en la fila aguardando por una sacudida. Sigo considerando que la consciencia causa problemas, pero no son del índole dramático de las series de televisión, ya que hallarle el gusto a las cosas no es tan difícil, sin embargo el peligro existe siempre en que llegué uno a conformarse y a tomarle el gusto entonces precisamente al confort.

3 comentarios:

Paito Riaño dijo...

Muy buena entrada, palabras que aterrizan a los soñadores y les dan la palabra clave para que realmente encuentren lo que buscan.
Cuando se es conciente de lo que nos rodea y se usa, es posible alcanzar lo que se quiere.

lidia dijo...

que complicado es comentar, pues he leido atentamente tu post y me ha interesado mucho,por la eexcelencia del relato...y eso basta para mi!
gracias por tu comentario en gaceta.
muchisimas gracias!
si te da gana,te invito a mi blog
lidia-la escriba
www.deloquenosehabla.blogspot.com

Iván R. Sánchez dijo...

Paito: La conciencia, sin embargo y ya para que quede claro, es un arma de doble filo.

Lidia: Gracias por el comentario y estaremos cruzando lecturas.