lunes, 27 de febrero de 2012

Sin consenso


Alguna vez en que había decidido algo nuevo con respecto a mi vida, algo que representaba un gran cambio, para dejar de pensar solamente y hacer algo al respecto, y no me refiero al algo grande, algo del tamaño adecuado, no un gran cambio, tan solo uno y ya. Porque en algún momento como ahora, me ví acorralado por los pensamientos y vi que estos requerían con urgencia una ventana hacia el exterior. Necesitaba de alguna manera hallar un sentido nuevo, un nuevo rumbo, lo que algunas personas podrían considerar como un cambio, quizá, entonces, esto sea una respuesta desesperada antes que el punto de partida lógico de algo constructivo, pero desde el punto de vista de quien crea serlo capaz, todo puede ser cambiado. Quizá, solo quizá.

Entonces, no se encuentra una buena razón de (explicación), un buen sentido para (móvil); el error (perceptivo) consiste en ese momento, en pretender siempre que todas las cosas tengan sentido, que todo orresponda a una sobrenatural respuesta lógica, y digo sobrenatural, porque en la medida de lo posible nuestras respuestas siempre tienen un sentido tan amplio, que podría hacer parecer a la razón humana como el mas entredicho sistema de pensamiento, uno dispar y diacrónico, que solo pretende tener orden, pero que en realidad si tal fuera el caso, llevaría a su propio fin, al éxtasis final en que ya nada tiene sentido, porque ya nada existe. Es en ese tipo de momentos en que nos cuestionamos, si las cosas tienen eso que pensamos como correcto, si las verdades que damos a las cosas despojándolas de su propia naturaleza, son o no las adecuadas, es conveniente, es correcto... simplemente es.

Vivimos sumidos en el caos de nuestras preguntas, las de los demás y los indicios de respuesta que nos obliga a aplicar la dinámica social que está marcada por dogmas superiores a los de cada individuo, no existe fractalidad porque las partes no importan, son invisibles, amorfas y surreales; Sin embargo, pese a todo, ahí están.

El consenso tan importante para mediar los diálogos constantes entre los puntos dispares del tejido social, están negados antes siquiera de presentarse, o mejor, su protocolo de aplicación lleva a un sometimiento desde alguno de los intereses que se pretenden negociar. Y sí, nos tomo muchos años como humanos aprender a transar, para venir a olvidarlo en menos de un siglo.

No hay comentarios.: