¿para qué escribir?
Sencillamente para sacar, dejar salir. Lo que algunos tal vez sean incapaces de sentir, de dejar ver. Y es que la aptitud está en cada uno, por más que nos haya intentado cambiar el mundo, los otros, o aún con independencia de toda la basura que nos hayamos creído para intentar salir avantes con nuestras existencias. Todo el mundo tiene algo que decir. ¿no?
La única diferencia es que algunos suelen hacerlo de manera fluida, usando de buena o mediana manera las herramientas de la comunicación.
Otros, se quedan con todo guardado, sumido en las tempestades de su mente, escudados en lo básico de sus seres o peor aún en lo superficial de la forma en que ven su vida y la de otros, probablemente les sea mejor callar. Pero no por no querer expresar, por no poder comunicar, por no tener que decir, los puedes considerar buenos oyentes. No. Muchos son únicamente el reflejo de un éxtasis absoluto, de la inercia en que los ha sumido alguna circunstancia que atrofió su sentir, que dispuso un velo sobre su percepción y condicionó su consciencia.
Claro, es muy sencillo creerse todo eso, intentar establecer un punto de vista, manifestar una verdad personal, pero todo ello será visto como una imposición, porque la relativización es una bandera de condicionamiento para que cualquier argumento inconveniente sea desestimado. Por eso no promocionaré esta entrada, porque es un reproche, porque es una forma conveniente (necesaria tal vez) de protestar ante la necedad, la estolidez, y el sin sentir de otros...
Algunos sabran como ser vistos, como hacerse sentir, como hacerse escuchar. Yo... yo solo escribo.
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