Vuelvo a la sequía propia de los días sin palabras, de las horas en que se me ocurre, viene a mí cada línea, cada situación, cada escena, pero en donde no soy capaz de concretarlo, de manifestarlo, de fijarlo o decirlo. De expresarlo a través de las letras.
De escribirlo.
Cada día se agota dentro de su propio ritmo, pero por cuenta de la imposición de ritmos, una forma agitada de llevar las cosas, de vivir si se quiere, que no está dispuesta a otra cosa que a poner de presente metas, en donde se debe producir y no hay derecho a un ocio, diferente al que nos imponen, se es exitoso en la medida en que se hacen todas esas cosas, se pertenece a la minoría que produce, se es inteligente si se quiere, lo cual no quiere decir otra cosa que la aceptación de la predisposición del mundo y el aprovechamiento de los esquemas que nos han establecimiento para el ascenso social, para el desarrollo, la superación. Aquel dedicado a lo que está bien y es comúnmente aceptado, aquel que se somete, ese será tenido como inteligente, y si no es lo suficientemente destacado, al menos será considerado como "pilo", pero estas categorías, insisto, están completamente sometidas al juego con las reglas que están allí, e incluso el ser extraño, difuso, raro, o especial, tiene que ver con las formas preconcebidas de serlo, de manera que se destaque lo individual a través de la percepción de aceptación en algún grupo que se haya constituido como una forma de alteridad de lo común, pero que en sí mismo es otra expresión de la manada, la misma oveja, pero con un tinte diferente en su pelaje, o quizá con un pelaje lacio o alguna parte esquilada. El punto es que de toda la manada se saca lana, y a todas se les puede sacrificar para saciar a los lobos. El depredador no está menos lejos de la mecánica de la manada, lo que sucede es que su papel es diferente, debe alimentarse de aquellos que son más débiles, debe estar al tanto de no mutar hacia el sentido oprimido, debe estar constantemente alimentándose, pero no sabe por qué, no tiene idea de lo que le espera detrás de cada comida, no sabe que implica el universo más allá de la manada, poco entiende de lo que le sucede a cada oveja, poco conoce, poco le importa, como a todos. ¿no?
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