domingo, 17 de marzo de 2013

Poniéndolo todo en orden

No debería, no tengo que hacerlo; aunque, no sé qué me pasa, probablemente sea el aburrimiento (ya me he referido antes a él, pero tengo un par de reflexiones nuevas que espero poner como otra entrada). En todo caso se me dio por compartir un par de líneas que empecé a escribir aquel día en que estaba convencido que quizá no vería nuevamente un amanecer... Lo cierto es que no solo vi un nuevo amanecer, si no toda una semana, y otra después de esa y a la final todo siguió como iba. Muchas podrían ser las ideas al respecto, sin embargo, me contentaré con pensar que estoy aquí, eso es lo que importa. Por lo demás, siempre seré un campeón de lo dramático.

Veamos:

27 de febrero de 2013

Esto de dejar las cosas en orden es un chiclé absurdo, sin embargo lo he hecho. Motivado tal vez por el hecho de ser totalmente anacrónico, idealista y ante todo ridículo.

Pero ¿qué es la vida sin un poco de ideal y ridiculez?, sin contar con que las dos casi siempre van de la mano...

Es claro que hasta ahora mi vida no ha sido otra cosa que una sucesión de bizarros, e incluso predecibles errores. Y claro, más de un conformista de esos a los que detesto me podría decir que la gracia de todo está precisamente en el errar. ¿ah? Sí, claramente el camino es importante, pero al menos deberían haber metas, descansos, aquellas paradas necesarias de confort; tal vez hasta un poco de esquiva felicidad...

He tenido tiempo de pensar en todo, incluso en ella, aquella y esta... no es justo para otras personas que tengan que someterse a mis intentos de entender la realidad, la sociedad, la vida misma; y por qué no, a mi mismo. Sin embargo, era necesario porque las cosas están bien, tanto que el equilibrio no es otra cosa que una excusa para estar, para no dejar ser... porque estos dos verbos aún inquietan cada fibra de mi ser.

Solo se que si esto es lo último que se da, que se tiene de mi; no estará del todo mal, he experimentado tantas cosas, y he estado satisfecho con la mayoría de ellas y sé (o creo saberlo) cuales de las mismas no han sido más que fracasos rotundos. Esto sin embargo no es una cuestión que exprese un diagnostico en términos de productividad o alguna otra ridiculez como la corriente generalizadora pretende ver todo.

Es solo un día más y puede o no, ser último...

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