Luego de revisar durante unos minutos los borradores de este sitio, creo que de momento no tengo cabeza para seguir con ninguna de estas tribulaciones que gratamente suelo denominar especulaciones; la expresión libre de mi propia imaginación y pensamiento sin pararme a considerar las fuentes, o los antecedentes. Claro, alguien ha podido pensar que ese es un ejercicio poco serio, pero ¿realmente se puede calificar algo como serio por un formalismo, derivado de la costumbre?
Claro, la ventaja de este tipo de sitios es que nos permiten expresarnos. En mi caso siempre he hallado una paz especial en el hecho de escribir, de llenar este sitio de pensamientos inconclusos o completados, o en construcción permamente. Es por supuesto, un respiro frente a la escritura poco creativa, monótona y cerrada derivada del ejercicio profesional, y también comporta un ejercicio para el alma.
Todo lo anterior haría pensar que es más fácil de lo que parece el sentarse y superar la página en blanco, dejar que las palabras salgan y se manifiesten, pero debo confesar que este como todo otro ejercicio artístico, requiere de espacios adecuados, o al menos para que pueda hacerse una expresión adecuada, para que el pensamiento se exponga, se libre de la cárcel en que la realidad ha sumido a nuestra imaginación.
En este sentido, hoy he de volver a retomar las líneas, a pensar sobre el tránsito de los preludios y los problemas tan humanos, tan ciertos y tan contínuos que aun son vigentes y no dejarán de serlo tal vez en un buen tiempo, o eso espero...
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