jueves, 10 de julio de 2014

Todo tiene un precio, y casi todo está comprado...

Me demoré un poco en iniciar esta entrada por el simple hecho de no haber contado con el tiempo suficiente para ponerme a escribirla, en el entretanto han pasado muchas cosas que han llamado mi atención, pero tal como lo indiqué en la anterior entrada, nada más importa!



Estamos aún, hoy 8 de julio de 2014, en pleno mundial de fútbol de la FIFA. Para muchos esto significa la culminación de una larga espera para deleitarse con una fiesta global que promete emociones a millones dentro de un espectaculo continuo por más de un mes. Tal vez muchas personas lo sepan, pero para mi fue algo de reciente descubrimiento: La copa se juega desde 1930, durante 19 ediciones (antes de la que actualmente se juega, la 20) a cargo de la FIFA, dentro de la categoría profesional lo cual lo aleja del torneo disputado en este deporte dentro de los certamenes olimpicos.

La FIFA recibe su nombre del frances: 'Fédération Internationale de Football Association' y en palabras de la sabia Wikipedia, "es la institución que gobierna las federaciones de fútbol en todo el planeta", fundada en mayo de 1904 y con sede como todo este tipo de organizaciones mundiales en Suiza (Zúrich). No solamente es la máxima autoridad de futbol como lider del gobierno de las federaciones a nivel mundial, sino que además hace parte del IFAB, organismo que se encarga de modificar las reglas del juego. Como ya lo indiqué antes, la FIFA organiza los campeonatos mundiales de fútbol en sus distintas modalidades.

La FIFA agrupa entonces a federaciones o asociaciones de fútbol de distintos países, y como dato curioso dentro de la descripcion que se encuentra en internet, cuenta entre sus miembros con 17 países más que la ONU, lo que podría darnos a pensar que el futbol es más interesante que la política internacional. Este organismo internacional desarrolla más de 15 torneos a nivel mundial en diferentes fechas, siendo el más importante el de fútbol mundial en la categoria profesional.

Pero lo anterior lo podriamos saber todos o basta solo con una búsqueda sencilla y unos minutos de lectura para llegar a conocerlo, sin embargo es claro que el fútbol es un gran, gran negocio. No es necesario ser un genio de economía para darse cuenta del impacto a nivel economico que representa una copa del mundo, en donde se ven cifras de invesión del orden de los miles de millones de dolares, algo inconcebible para la matemática financiera de cualquier hincha. Aún la sola atención de los partidos por televisión de suscripción, escala las ganancias a múltiple nivel en donde la propia FIFA es receptor de incontables réditos y regalias por cuenta del uso de su nombre, y los derechos que tiene sobre el certamen, de lo cual la boletería pasa a ser una mínima parte (también vine a enterarme que en efecto la boleteria es para los organizadores del certamen -el anfitrión-, no obstante la FIFA gana un porcentaje de estas por el uso de su propia marca y de los derechos deportivos y de imagen que tiene sobre el certamen).

Entonces, para este ejercicio debo partir de la suposición de que el fútbol es un negocio, uno lucrativo y rentable. Cada aspecto medianamente importante del juego, la logistica de los encuentros, desplazamientos y todo lo que pueda pensarse, antes, durante o después de los 90 minutos de juego, tiene una consideración económica, que para no ir lejos conjuga intereses de varios de los conglomerados económicos más fuertes del mundo, los cuales pautan o patrocinan casi todo aspecto del espectáculo.

Las marcas están presentes en todo el espectro visual del juego, y por todo ello se paga, de una u otra manera, lo que me devuelve a la premisa del título de esta entrada, y es que todo tiene un precio. Todo tiene un precio en tanto como lo dije, no hay un aspecto que no esté cubierto por un derecho de tipo intelectual que permita a la FIFA y a los grupos económicos presentes dentro del certamen, el hacer un poco más grandes sus arcas. Casi todos sabemos como funciona la publicidad y lo que la misma representa, y como en un mundial de fútbol el consumo se dispara. Tanto de todas las mercancias relacionadas directamente con el certamen y el deporte involucrado, como con todos y cada uno de esos patrocinadores que llegan a la siquis de los espectadores, que para efectos prácticos no son otra cosa que consumidores.

No obstante lo anterior, la pretensión de este escrito no es convertirse en una diatriba contra la publicidad y la economía de mercado, sin embargo si es llamar la atención sobre los intereses relacionados con el devenir de esta fiesta del fútbol que tal como lo suponen muchas críticas que se han escrito por estos días, las cuales pueden llegar a ser más apropiadas que la mía, desdibujan el carácter del deporte, y del mismo espectáculo a su alrededor.

Paréntesis: A mitad de la redacción de este escrito me encuentro con los 7 golazos que le propinó el seleccionado alemán a Brasil, y que deja a este último por fuera de la final del mundial. Claro, celebro el buen fútbol y el gran espectaculo detrás de la goleada y tal vez tenga una serie de consideraciones sobre cada equipo, pero como no sé de fútbol, prefiero guardarmelos.

Casi todo está comprado. Alguien alguna vez me explicaba el complejo mundo detrás de los deportes, lo cual incluso pude ver reflejado hace poco en el cine. Pero no se trata solo de apuestas, pues precisamente en lo impredecible del deporte, se basan los negocios colaterales al mismo. El panorama presente es aun más oscuro, aquel que conjuga intereses de multinacionales, gobiernos y organizaciones como la FIFA.

Probablemente a esta altura más de uno sabe a que me refiero, sobre el desastroso comportamiento del arbitro que dirigió el compromiso entre Brasil, cinco veces campeón del mundo al igual que sede en esta ocasión y por tanto el único equipo que juega de local, y Colombia, aquel equipo con la estoica pretensión dentro de su propia historia futbolistica, de pasar de octavos de final, lo cual ya fue un logro al ganarle a Uruguay, también campeón del mundo.

Insisto, no soy un experto en estas materias, de hecho se y conozco realmente poco de fútbol. Pero se de intrigas, conspiraciones y estratagemas.

(Imagen tomada de http://cde.peru.com/ima/0/0/8/5/3/853893/611x458/mundial-brasil-2014-carlos-velasco-carballo.jpg)

Antes del partido, pude entender como el técnico brasilero y la prensa del país, astutamente habían manipulado la información para crear un estado de atención sobre la selección y concentrar favores de la amplia hinchada. Muchos sostienen que en este enorme país, el fútbol es casi una religión, lo cual no preciso discutir, pero en todo caso este deporte tiene una importancia altamente destacada lo que había convergido con las protestas y manifestaciones previas a la inauguración del mundial.

Dentro de esta compleja situación para el seleccionado brasilero, se encuentran otros aspectos a destacar en la coyuntura política del país. Claramente la política es un juego de manipulación en que dificilmente los aspectos objetivos, programaticos y de gobierno tienen una verdadera importancia, razón por la cual lo relacionado con la fiesta mundial del fútbol puede tener una injerencia completa sobre la reelección de la actual presidenta de Brasil, Dilma Rousseff quien se jugará un nuevo periodo en el segundo semestre de este año, después de terminado el mundial.

Lo dicho hasta ahora creó el escenario perfecto para que existiera una presión a múltiple nivel sobre el desempeño del equipo brasileño, buscando el paso obligado a la final o incluso un nuevo título. El camino de este equipo a lo largo de la copa, pasó por una ronda preliminar modesta y por partidos cuestionados por el manejo arbitral, con decisiones que han sido tildadas como amañadas o incluso con peores calificativos.

Pero el más discutido ha sido precisamente el de Colombia, equipo al cual se le dejaron de 'pitar' varias circunstancias de manual, en un partido que habría podido tener otra suerte de no haberse presentado el impasse con el arbitro español. Yo ví este encuentro y desde mi modesto entendimiento de las reglas del fútbol, y el magnifico cubrimiento de las cámaras, así como las repeticiones desde diferentes angulos sumados a la alta definición, tuvo una exagerada y excesiva fuerza, siendo  abusivo el choque del equipo verdeamarelo, lo cual no fue juzgado con el mismo rasero por parte del arbitro.

El arbitro, Carlos Velasco Carballo, tiene en su pecho una enorme insignia de la FIFA, aquella gran corporación que se beneficia de este espectáculo y que claramente tiene intereses, lo cual al entendido de varios comentaristas y críticos al respecto ha estado presente en las últimas copas del mundo, destacando el caso de Corea del Sur que en el mundial celebrado en 2002 en su casa, avanzó a cuartos de final por decisiones cuestionables y favorecimientoss como el que ahora yo mismo censuro.


Entonces, todo esta comprado. Pero no de la forma en que muchos lo ven, asegurando que al español le dieron una cantidad de dinero impensable en reales (como si no supieran que tiene mucho más valor que el peso. Para muchos, la conspiración llega más alto, y tiene a su alrededor todas las consideraciones que conjugan a los paises involucrados e incluso a las federaciones y confederaciones de fútbol, y claro, recordemos que el fútbol es un negocio, sumamente rentable. Al parecer aquel monstruo corporativo que es la FIFA, la cual se embolsillará más de 4000 millones de dolares en este año, casi todos gracias al mundial, no tenia interes en que un equipillo, lleno de muchachos que no juegan en importantes clubes europeos y cuyo país no tiene multinacionales que aporten a su jugoso negocio, llegara a una semifinal del fútbol mundial. Lo cual resulta contradictorio si se miran las mismas campañas de esta federación mundialen contra de los partidos amañados y la manipulación del juego.

Ahora, supongo que un equipo en la semifinal puede considerarse ganador, dentro del podio mundial, muy superior a las 32 selecciones participantes y a todas aquellas que intentaron clasificar, sin embargo, no es justo que los partidos se afecten por circunstancias ajenas al juego, y claro los expertos en la materia siempre se referiran a la "jerarquía" y a todas aquellas otras palabras y frases que justifican el mantenimiento de un esquema que buscaría ser tan conservador como cualquier otro aspecto humano en donde lo nuevo no pega del todo y en donde todo tiende a ser ridiculamente cíclico.

Lo bueno es que yo disfruto del espectáculo, del desempeño, siempre que lo haya y como tal no tengo alguna suerte de dolor, de 'guayabo' moral o similar, puesto que en principio no me afectan los resultados, me afecta el juego, el momento y por eso debía protestar por aquel amargo en que por un precio, debidamente pagado, un encuentro deportivo dejó de ser ameno, para pasar a ser amargo y aburrido.
 

Este es un pequeño resumen de las copas del mundo que se han jugado a la fecha, con su sede y la selección campeona, entre paréntesis:

I- 1930 - Uruguay (Uruguay)
II-1934 - Italia (Italia)
III- 1938 - Francia (Italia)
1942 - SUSPENDIDA
1946  - SUSPENDIDA
IV- 1950 - Brasil (Uruguay)
V- 1954 - Suiza (Alemnia)
VI- 1958 - Suecia (Brasil)
VII- 1962 - Chile (Brasil)
VIII- 1966 - Inglaterra (Inglaterra)
IX- 1970 - México (Brasil)
X- 1974 - Alemania (Alemania)
XI- 1978 - Argentina (Argentina)
XII- 1982 - España (Italia)
XIII- 1986 - México (Argentina)
XIV- 1990 - Italia (Alemania)
XV- 1994 - USA (Brasil)
XVI- 1998 - Francia (Francia)
XVII- 2002 - Corea / Japón (Brasil)
XVIII- 2006 - Alemania (Italia)
XIX- 2010 - Sudafrica (España)
XX- 2014 - Brasil (...)

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