martes, 27 de febrero de 2018

El ritmo de la escritura, una reflexión para cuando no haya ritmo o voluntad

Hasta el momento en que escribo esto llevo algo así como 17 entradas en lo que va corrido del año y todas ellas con algo de contenido (al publicar esta serán 18). Lo cual es una menos de lo que escribí durante todo el año anterior. Excusas, razones, justificaciones, las tengo todas, y quizá pueda llegar simplemente a inventar algunas nuevas de ser el caso, de ser necesario. Soy bueno para ello, porque me encantan las historias, porque vivo con la imaginación activa y activada todo el tiempo. Y eso es algo que me llena de orgullo.
Tomado de: https://pixabay.com/es/tecnolog%C3%ADa-equipo-m%C3%A1quina-aire-3167297/
Así las cosas, quizá esta sea una invitación, una palmada en la espalda dada por mí mismo (para motivarme a seguir así) en la medida en que nadie más parece leer este blog, al menos no cuando no comparto en redes sociales las entradas. De eso se trata, se le tiene que pedir el favor a otros para que de una u otra manera se pueda leer. El tiempo se va en mirar memes, en no pensar. Así es, así está. Sin embargo, yo no me comportaré como lo determina la moda; he resistido a ella y lo que me queda es la facilidad para hacer cualquier tipo de reflexión en cualquier momento del día, incluso todos y cada uno de ellos.

Esta es, al fin y al cabo, mi forma de resistir, de enfrentar a la rutina, de confrontar a la cotidianidad y de expresarme.

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