jueves, 5 de abril de 2018

Espectáculo

Le gustaba mirar por aquel agujero en la pared. Era simple, levantar un poco el viejo papel de colgadura y asomarse con cuidado. Si tenía suerte la vería. No tenía un momento específico para aparecer, podía suceder en cualquier instante, pero si pasaba sería una bendición. Ahí estaba de nuevo, salivó profusamente al verla. Ella hizo gala de toda su gracia y elevó por lo alto las dos magníficas herramientas para proceder con aquel espectáculo que a quien observaba tanto le gustaba. Un primer corte, luego otro. Jadeó un poco, paso saliva, jadeó un poco más.
La puertilla de debajo se abrió, se apresuró y comenzó a devorar la carne, al tiempo que toda la saliva que llevaba un rato bajando en un hilo continuo de sus fauces se derramaba sobre el filete.

FIN

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