martes, 28 de octubre de 2014

Fantasma

Recuerdo la eterealidad, es... 

como la realidad, pero más etérea... 

en algún momento me sentí un ser no vivo, no muerto, perdido entre la celosía de las diferentes realidades: un fantasma

Ahora, muchos años después, encuentro que esta "realidad" es tan cíclica como cuando me puse la tiara del pensamiento, con ese intenso deseo por expresar lo que pasaba de momento, pero que se quedaba todo el tiempo, constante como lo poco, sujeto al capricho de lo caótico, incontrolable como el flujo mismo de la energía que da sentido a todo.

Tal vez esa es la consigna, no dejar que todo pase sin una explicación. No por el afán de saberlo todo, sino porque corresponde a la naturaleza propia de la curiosidad, al espíritu deseoso, a la estirpe pensante, tal vez de antes de ser consumidos por la tendencia, la constante y la costumbre...

Lo cierto es que encontré una letra sumada a una melodía especial que refleja al fantasma, y quiero dejarla aquí.



Letra

"miras todo al revés
no caminas con los pies 
y aunque sientes que todo el mundo te ve 
nadie te ve 

si cambiaras tal vez 
podrías camuflarte entre los árboles 
tal vez 

podemos fingir hasta explotar 
podemos fingir hasta olvidar 
de respirar 

giraremos hasta vomitar 
giraremos hasta vomitar 
y por fin podremos respirar 
tal vez 
tal vez 

sientes todo al revés 
si te besan podrías desaparecer 
de este mundo 
de este mundo 

eres aire 
y te sacan a bailar 
los fantasmas 
pero nadie puede amar 
a un fantasma 

podemos fingir hasta explotar 
podemos fingir hasta olvidar 
de respirar 

giraremos hasta vomitar 
giraremos hasta vomitar 
y por fin podremos respirar 

respirar 
respirar 
respirar"

lunes, 27 de octubre de 2014

Lunes: Desafío de inicio...

¿Como llevar la cuenta de lo mucho que se dice, de lo que se piensa, de los constructos inacabados, o de toda esa cantidad de especulaciones que he traspasado desde mi cabeza a este espacio?. Es un poco harto iniciar cada día con una pregunta, que la misma no se resuelva y se forme en la línea de interrogantes que hacen parte de una vida. No obstante, esto es satisfactorio, es importante, se lleva de la mano con una existencia disímil con el concepto de lo "aburrido", idea que no resulta del todo ajena y sobre la que más de una vez he llegado a pensar, a reflexionar, a discernir casi una de esas largas introspecciones que sirven de exorcismo constante para aquellos demonios que habitan en mi propio ser.

El inicio, este es un momento complejo frente a todo proyecto, teniendo en cuenta que las etapas previas, precisamente no hacen parte de este accionar. Una vez se tiene casi todo preparado, lo que falta ya es ir, avanzar, comenzar.

Claro, también queda de por medio lo que tiene que ver con el mantenimiento del ritmo, el desarrollo de aquello iniciado... más difícil, tan complejo, el acabar, concretar y llevar todo a un desenlace provechoso.

Hoy, este es el momento:

¡HORA DE EMPEZAR!

viernes, 24 de octubre de 2014

Pausa para ver llover

Escribir todos los días no es tan complicado, el ambiente siempre está lleno de inspiración. Melodías que surcan el aire llenándolo todo de poesía, de letras escondidas dentro del cálido aire, de tonadas camufladas dentro de la constante del espacio.

Naaah, !MENTIRA¡


Es todo lo contrario, el ambiente está viciado, lleno de olores malucos, contaminado con el humo del cigarrillo, el jugo pulverizado de los exostos, las excreciones del mundo moderno que nos escupe en la cara (por no decir otra cosa); Salir a la calle representa exponerse a una constante de contaminantes generados por el inclemente egoísmo de los habitantes de la ciudad. Los automóviles son cajas del ego que reflejan el malestar espiritual de sus ocupantes, y por tanto secretan todo ese veneno a través de sus escapes. Cada calle, cada esquina está provista de un sentir único, la concentración de frustraciones y traspiés de aquel que siempre tendrá su mente en otro sitio, porque la vida se desenvuelve en un sentimiento de nostalgia, o de abandono. La primera por todo lo bello, lo divertido, lo grácil, satisfactorio y bueno que le ha sucedido a cada ser; lo segundo ante la necesidad de solo concentrarse en lo anterior, de velar por la consecución únicamente de lo benigno, el fin en sí mismo de la exaltación del espíritu, sin ninguna otra consigna que caer en el punto inflexible de la felicidad impoluta... 

Y mientras tanto llueve, a ver si se limpia un poco todo lo anterior...

jueves, 23 de octubre de 2014

Lo contrario al insomnio

En algunos momentos uno no quisiera cerrar los ojos.

Siempre he considerado que dormir es una pendejada, pero aún así me hace mucha falta. Se supone que con los años uno duerme menos horas, a mí me está pasando al contrario, en especial por las constantes gripas, las alergias, los achaques...

Cada vez la crocancia se me nota más, por alguna razón, y creo que es por mi desacomodo por lo que está establecido, por aquello que es...

Bueno, a dormir.

Esta vez no necesito contar ni ovejas ni lobos... y más bien voy a pensar en mi caperucita.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Cuestión de principios

En más de una ocasión he defendido algún punto de vista o he soportado alguna de mis consabidas excusas, en el hecho de ir en contra de mis principios. ¿Alguien sabe que es eso? ¿Aun se usa?

En primer lugar, voy a intentar hacer una aproximación a las dos concepciones generalmente aceptadas de lo que implica un 'principio', dado que la misma palabra refiere incluso a un punto de partida o un primer momento de una cosa, suceso o recorrido.

Un principio puede tomarse como una ley (sentido institucional) o una regla (sentido natural) que conlleva una obligación de carácter natural en tanto sirve al cumplimiento de un propósito, es decir, tiene una carga motiva, por lo que es una norma que lleva implícita una consecuencia, de un orden relevante para el sujeto que la sigue, contrario a una regla estándar que de acuerdo al sistema en que está concebida, requiere de un esquema punitivo que asegure su cumplimiento, es decir, conlleva un castigo frente a su incumplimiento, y por tanto la vigilancia concebida estructuralmente, dentro del mismo sistema al que pertenece. 

Se considera entonces, que varias leyes están soportadas en principios indiscutibles, para lo cual el ejemplo de rigor son las leyes naturales, mientras que todo esquema discursivo, paradigma o concepción requiere de los mismos, por la segunda consideración relativa al principio.

Esta segunda forma de entender al principio refiere a una estructura definida que permita confeccionar inferencias lógicas, o deducciones de carácter científico o técnico, a donde se escalan valores generales y abstractos hasta establecer reglas de razón o fundamentales, de tal forma que a manera de supuesto necesario, se asume que esto es cierto e indiscutible: un axioma. Pero va más allá, el principio implica la base de todo el sistema o disciplina, con independencia de que en si mismo, epistemológicamente o por contraste, pueda ser rebatido y destronado de la base (o cima).

Etimológicamente la palabra principio deriva del latín principium que significa: comienzo, primera parte, parte principal. A su vez derivado de prim (primus): primero, en primer lugar y cap(capere): tomar, coger, agarrar, por lo que literalmente principium es: lo que se toma en primer lugar.

Ahora, luego de la seria introducción, no cabe duda de la razón por la cual el principio es tomado como la base moral de un individuo, está indicado dentro de la escala o cadena de valores que hacen parte de la construcción social individual de cada sujeto. Entonces, es social porque deviene de un conjunto generalmente aceptado de normas de índole moral que caracterizan a una determinada comunidad, a un grupo social. Si bien cada conjunto es afectado, matizado por la formación recibida por el individuo, las escalas de homogeneidad suelen estar vinculadas con un grupo mayoritario, correspondiente etnicamente con una subcultura, o un grupo proto-social como podría ser una comunidad o una nacionalidad.

Los valores pueden distinguirse de los principios de muchas maneras, para efectos de esta especulación, el valor es un concepto calificado, es decir, viene de la designación por referencia y su esencia está en el otro, puesto que precisamente no se entiende valioso nada que no lo sea por efectos de referencia, aunque esto también podría ser relativo desde el punto de vista personal, pero ahí la relativización lo vuelve absurdo y por tanto falso.

Probablemente desde lo moral o lo ético, sean casi sinónimos, equivalente funcionales, pero de nuevo, para efectos de lo escrito en este espacio, tomaré el principio como una regla de conducta personal, individual y sin una censura directa por parte de cualquier otro que no sea el mismo individuo que lo posee.

Mis principios, he de decir, se basan en una "cuidadosa" mezcla de enseñanzas de la vieja usanza colombiana, combinados con preceptos medievales y el espectacular código de comportamiento de los samurais, mejor conocido como Bushido.

La ética para los colombianos, deriva si mal no estoy de enseñanzas europeas comunes dentro de lo que se puede llamar la "moral cristiana", que en realidad para efectos prácticos e históricos sería algo como la moral católica. Yo mismo provengo de un hogar con este tipo de principios, en donde se me enseñó el valor del respeto, la tolerancia, el servicio, la humildad y la responsabilidad principalmente.

(Imagen tomada de http://compartiendoconocimiento.files.wordpress.com/2011/10/samurai_ronin.gif?w=570)

No me extenderé en este tipo de conceptos primero porque son muy conocidos, y segundo porque la manera en que se inculcan no la comparto del todo. Ahora, no hago especial hincapié en los valores cristianos porque me resultan un poco aburridos, y generalmente están escondiendo algún servilismo ladino, sin la exaltación personal que podría desprenderse de una lectura real de las mismas bases de la religión, pero la contradicción de los cultos no es algo de lo que me quiera ocupar hoy.

El código de caballería, por su parte, contiene varios valores que son interesantes a la hora de determinar el curso de una vida medianamente satisfactoria.

Fe: El caballero cree en su causa, en la antigüedad esta era su dios, pero también podía pensarse en la república, la democracia, el bien como tal. también implica confianza en sí mismo y en sus capacidades.
Valor: Este principio equivale al mantenimiento del mismo código de conducta a pesar de las adversidades, en sí mismo implica el sacrificio personal en orden de tener una correcta consecuencia y en el actuar. De esta manera se desarrolla la voluntad, lo que implica atreverse a luchar sus propias batallas y enfrentarse incluso a lo que es más fuerte que uno.
Defensa: Uno de los pilares del caballero, es la vocación de servicio hacía alguien o algo, en este sentido, un caballero ungido (ascendido) jura defender a su señor o señora, lo que implica también defender a su familia, su comunidad, su nación y por definición a los desprotegidos: viudas, huerfanos, etc.
Justicia: Esta concepción implica dar a cada cual lo que merece, un principio sopesado en los mismos valores del caballero, en donde la verdad suele ocupar un lugar preponderante, y que en equilibrio con los demás principios implican que no se busque el beneficio personal. La justicia entonces debe estar acompañada de misericordia, de un correcto discernir del bien y el mal.
Humildad: Para los caballeros era una virtud el dar, incluso el crédito por sus acciones o en las que es partícipe, es decir, un caballero en principio es agradecido y es un gran jugador en equipo.
Generosidad: Como se indicó antes, el caballero debe compartir su gloria, y las riquezas obtenidas durante sus gestas.
Templanza: Esto es un principio de economía, de moderación, puesto que el caballero debe ser cauto y no usar vanamente ninguna de las gracias puestas a su alcance.
Lealtad: Un buen caballero jura defender fervientemente sus ideales, sus principios, y todos a quienes debe proteger, siendo incorruptible e intachable.
Nobleza: La nobleza es el principio de la cortesía, un caballero debe ser respetuoso, cortes, honrado, amable, generoso, ilustre, equitativo; debe respetar a todos y ser un ejemplo a seguir.


En cuanto al bushido, el mismo enmarca principios todavía más estrictos, pero a la vez con un sentido espiritual mejor desarrollado. A continuación enuncio los que se encuentran en Wikipedia

義 Gi - justicia (decisiones correctas)Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.

勇気 Yuuki - CorajeÁlzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

仁 Jin - BenevolenciaMediante el entrenamiento intenso el samurái se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.

礼 Rei - Respeto, CortesíaLos samurái no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un samurái recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.

誠 Makoto - Honestidad, Sinceridad absolutaCuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de "dar su palabra", no ha de "prometer", el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.

名誉「名譽」Meiyo - HonorEs la virtud más importante de todas. El auténtico samurái sólo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que toma y cómo las lleva a cabo son un reflejo de quién es en realidad. No puede ocultarse de sí. En caso de quedar mancillado, la única forma de restaurarlo es mediante el Seppuku o suicidio ritual.

忠義 Chuugi - LealtadHaber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel. Para el guerrero, las palabras de un hombre son como sus huellas: puedes seguirlas donde quiera que él vaya.

Como puede verse, es interesante y deseable el tener un código de conducta, en este caso unos principios. Ya lo mencioné, en mi caso los principios son una mezcla, Un arreglo de todas estas virtudes, de la forma en que mejor ha funcionado para mi propia existencia, pero no tengo solo principios sino antiprincipios o contraprincipios, cosas que se entienden como una negación, un "NO HAGAS". Muchos de estos contraprincipios me han servido para determinar valores de cuidado de mi integridad, y del respeto por ese otro, al cual puedo llegar a detestar pero contra el que prefiero no atentar.

Esta claridad es importante en tanto muchas de las cosas a las que Ustedes podrían verse tentados a proponerme, serán respondidas de mi parte con un "va contra mis principios", eso es porque íntegramente mi conjunto de virtudes se encuentra enmarcada en un sentido de justicia, de verdad (honestidad) que puede ser atropellado, pero efectivo, de un "no hacer nada en contra de mi propia voluntad", seguido a un "no hagas a otros lo que prefieras que no te hagan a ti".

Todo este texto, me lleva a invitar a otros a revisar al menos superficialmente si aún les queda algún principio, una regla de desarrollo personal que les sirva al menos para justificar su paso por el mundo, si bien todos tenemos derecho a ser egoístas y debemos serlo en cierto punto para no desestimarnos, para no hacernos poca cosa, lo cierto es que eso no puede justificar principios inexistentes o tan maleables que cada día estén dentro de una determinada corriente, tan conveniente como el momento lo dicta.

O peor aun, es detestable que nos convirtamos en aquellas personas que piensan y actúan a través de otras, por costumbre, por moda, o la peor de todas: por pereza a pensar. El sobrepaternalismo, el exceso de acompañamiento, el refuerzo positivo mal tomado, y la absurda necesidad de control de algunos, convierten a otros en idiotas útiles, en títeres sin alma y por tanto en desalmados sin principios.


martes, 21 de octubre de 2014

Martes: desafío de paciencia

Nada como el medio día para sentarse a escribir... Bueno, en realidad ya estaba sentado desde hace rato, ocupado con las crecientes o constantes cargas laborales, porque siempre habrá algo para hacer, igual que constantemente hay algo que decir, pero como no me atrevo tan a menudo como debería, pues todo se queda en una afirmación con tintes axiomáticos.

Lo primero es hacer un paréntesis de claridad existencial, en cuanto a que mi espacio está colmado en este momento, mezclado, con la sazón oficinística en amalgama con los aliños típicos de la cocina de mi país. En realidad, el olor a comida de los demás me distrae bastante, y tengo la 'fortuna' de trabajar cerca del lugar en que la gente calienta sus almuerzos, y come. Porque mi suerte siempre es de este talante. Aunque la suerte no es tanto por el olor de las comidas, es un poco más por el asunto de las charlas, de esas amenas conversaciones de medio día que supongo, hacen más cómoda cada una de las comidas, porque la palabra es digestiva. Han pasado casi dos horas y aún concurren personas a tomar parte en discusiones variadas, casi todas sobre experiencias personales y sucesos de la cotidianidad, de aquella relativa a la mecánica familiar de cada cual, y de cuando en cuando, las dinámicas del trabajo, porque nada mejor que hablar de lo rutinario para escapar de la rutina.

Algunas personas que me conocen, saben perfectamente que tengo un potente sentido del olfato, acompañado de un no menos efectivo sentido del oído. Escuchar, gustar y oler, son cosas que me agradan y le dan un poco más de experiencia a cada uno de mis días, lo malo es que cada cuanto me encuentro con que huele a rayos, apesta a m', porque como lo he dicho antes, esta ciudad está cagada, sin contar con que varios seres humanos la marcan diariamente a la mejor manera canina; Y en cuanto al ruido ni se diga, hace parte del diario vivir el constante martilleo, los motores, los estallidos, los pitos, las sirenas, la calle está compuesta principalmente por ruido, continuo y desesperante, de aquel que hace que las personas huyan cada vez que pueden, lejos de sus vidas, porque todo se hace a la mala, nada está bien y siempre habrá algo de que quejarse. En todo caso, el volumen del habla de otros también es exagerado, tanto para cualquier conversación de hora de almuerzo como para la exposición más elemental de ideas, al parecer porque los argumentos hacen eco según el tono con que se disparen, por encima de los demás para ratificar su peso.

Creo que he expuesto mi punto, porque a esta hora, ya colmado aquel ejercicio de tolerancia extrema al que me he visto obligado, he tenido que ocupar mis oídos con música a un volumen lo suficientemente alto como para acallar todas esas molestias. La otredad siempre será un asunto que me apasione, aun cuando resista su sola presencia, pero he de empezar a tomar las cosas con mejor y mayor humor, en tanto describo el lascivo comportamiento, la falta de toda cultura y la especificidad del ratón de a pie, que diferente a cada cual gato, solamente se ocupa de estorbar, ensuciar y hacerse odiar, es decir, empezaré a exorcizar ratas, conviertiéndolos de a poco en felinos... Si, claro.

Pido perdón a los ratones y ratas, puesto que no es justo que los compare con los odiosos chibcho-sapiens, pero ni modo, tenía que ilustrar mi punto de alguna manera.