Estaba pensando en lo complicad@s que somos como los seres más perfectos de la creación (sí, claro). Siempre he pensado en que eso de la perfección es carreta, a la final la naturaleza nos muestra todos los días que sus procesos si bien son equilibrados o buenos, casi siempre salen del ensayo y error; Además casi todo lo que hay afuera con la mano de la madre naturaleza, precisamente denota imperfecciones, y es que no hay que confundir la funcionalidad y la simetría con la perfección a ultranza que creo es solo humana. Somos sistemas, máquinas dirían algunos, y tenemos múltiples características funcionales, tanto a nivel biológico como síquico e incluso algunos afirman que lo primero influye en lo segundo.
Hoy me ocupo de las hormonas, de esas sustancias que afectan nuestra química y algunas funciones de nuestro cuerpo, y como muchas cosas relativas a la vida, están ahí pero no las podemos ver. Quisiera ser más terco y decir algo así como que “A mí que no me vengan a hablar sobre cosas que parecen de ciencia ficción, de entidades y organismos que no se alcanzan a ver ni con lupa, ya de por si tenemos que aguantarnos el cuento de las bacterias y los virus, de enemigos pequeños, y eso que supuestamente no hay tal cosa como eso”. Pero yo creo en el micro mundo, si no, sería difícil justificar la inteligencia casi inexistente de algunos, porque claro, tienen micro cerebros, pero no me quiero desviar del tema, aparte que lo último que importa es el tamaño (sí, claro). Este cuento ya cambia de proporciones cuando nos hablan de las hormonas; Sí, se supone que el cuerpo –humano- tiene una cierta química y es afectada por estas sustancias que genera el propio cuerpo, es decir que somos cocteles a los cuales se les puede echar cada cierto tiempo, un shot adicional de tequila (cámbienlo por el trago de su preferencia). Lo peor es que cada shot nos altera y nos pone a funcionar distinto, y al parecer no solo para los efectos necesarios a nuestro desarrollo y vida diarias, si no también que afecta en gran medida nuestro comportamiento. Voy a hacerme el terco y a negar la existencia de las hormonas. En ese orden de ideas voy a intentar llevarme la contraria (yo me entiendo).
Si existieran de verdad las hormonas, podemos echarles la culpa a ellas de casi todo:
1. Ya no tendría que pensarse en la edad como productora de achaques, si no que son las hormonas que se acaban (o hay muchas); Así las cosas, si te quedas calvo, adivina, las hormonas.
2. No habría que preocuparse por el comportamiento de la pareja, que pelee por nada o que discuta por todo; ¡Claro!, no es culpa suya, son las hormonas que la obligan a hacer cosas ajenas a su voluntad (malditas).
Hoy me ocupo de las hormonas, de esas sustancias que afectan nuestra química y algunas funciones de nuestro cuerpo, y como muchas cosas relativas a la vida, están ahí pero no las podemos ver. Quisiera ser más terco y decir algo así como que “A mí que no me vengan a hablar sobre cosas que parecen de ciencia ficción, de entidades y organismos que no se alcanzan a ver ni con lupa, ya de por si tenemos que aguantarnos el cuento de las bacterias y los virus, de enemigos pequeños, y eso que supuestamente no hay tal cosa como eso”. Pero yo creo en el micro mundo, si no, sería difícil justificar la inteligencia casi inexistente de algunos, porque claro, tienen micro cerebros, pero no me quiero desviar del tema, aparte que lo último que importa es el tamaño (sí, claro). Este cuento ya cambia de proporciones cuando nos hablan de las hormonas; Sí, se supone que el cuerpo –humano- tiene una cierta química y es afectada por estas sustancias que genera el propio cuerpo, es decir que somos cocteles a los cuales se les puede echar cada cierto tiempo, un shot adicional de tequila (cámbienlo por el trago de su preferencia). Lo peor es que cada shot nos altera y nos pone a funcionar distinto, y al parecer no solo para los efectos necesarios a nuestro desarrollo y vida diarias, si no también que afecta en gran medida nuestro comportamiento. Voy a hacerme el terco y a negar la existencia de las hormonas. En ese orden de ideas voy a intentar llevarme la contraria (yo me entiendo).
Si existieran de verdad las hormonas, podemos echarles la culpa a ellas de casi todo:
1. Ya no tendría que pensarse en la edad como productora de achaques, si no que son las hormonas que se acaban (o hay muchas); Así las cosas, si te quedas calvo, adivina, las hormonas.
2. No habría que preocuparse por el comportamiento de la pareja, que pelee por nada o que discuta por todo; ¡Claro!, no es culpa suya, son las hormonas que la obligan a hacer cosas ajenas a su voluntad (malditas).
3. No habría que preocuparse por el calentamiento global; Imaginen quienes son las culpables. ¡Si¡, las hormonas, ya que la gente siente más calor por la ausencia o exceso de hormonas, y aparte contamina porque las hormonas no le dejan sentir conciencia ambiental. Además el calor corporal generalizado aumenta la temperatura global, sin contar con que la madre naturaleza es una “ella” (supongo que también ovula); Supongan un abrazo a nivel mundial, si todos nos abrazáramos, pasaría lo mismo que al planeta Melmac (pregúntele a Alf).
4. Si existieran serían fácilmente explicables las crisis en la economía y es que imaginen lo duro que es manejar tendencias, gustos, necesidades, oferta y demanda; Si toca lidiar con la estabilidad hormonal de cada persona; Y es que la moda es un problema de hormonas, porque el gusto es algo que no puede explicarse de ninguna otra forma que por la interacción de cadenas de proteínas.
Las hormonas (si es que existen) afectan la economía, o por lo menos a mi me sale más barato el mercado cuando me atiende la vecina en la tienda, o me dan más arroz cuando voy a donde la señora del restaurante, así como me demoro menos haciendo vueltas en donde hay secretarias. Y dígame usted si los atributos femeninos no le hacen ceder, hacer y deshacer, incluso contrario a la lógica y al sentido común. ¿Culpa de quien?; De las hormonas.
Entonces tal vez si existan, por conveniencia o por necesidad precisamente de ser explicación de aquellas conductas innecesarias y bizarras de cada uno de nosotros; Como cuando le empezaron a echar la culpa de todo a las bacterias, con lo cual se dispararon las ventas de desinfectantes y antibacteriales, de hecho hoy en día todo tiene antibacterial, el jabón para la loza, el champú, la crema para los dientes, las toallas higiénicas, la sal, el desodorante… Nos han vendido la idea de que hay un culpable para cada cosa, para cada mal que nos pueda aquejar, pero que obviamente nosotros como personas no tenemos nada que ver con lo que nos pasa y definitivamente no tenemos responsabilidad y a veces ni parte en nuestras propias vidas. Me voy, las hormonas me dictan que debo comer algo con azúcar.
La imagen salio de acá
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2 comentarios:
Sabes que es lo bueno de las hormonas? que con ellas nos conectamos a nuestra parte instintiva y básica, por que son las hormonas las que nos hacen sentir deseo incontrolable,atracción y esa cosa loca llamda amor, son las que nos llevan a sentir el gusto de competir, las causantes de que el mundo sea un estimulo constante y de que busquemos acelarar nuestro corazón. A mi me caen bien...
Paito: Pero mira que no se trataba de que me cayeran bien o no; Bien por ti, yo solo quería reirme de algo que no se pudiera defender.
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