No puedo creer lo increíble que puede resultar el ejercicio de echarse hacia atrás. No en una clara muestra de nostalgia característica de la gente de época, de la gente de mi edad o probablemente de la gente que de una u otra manera se encuentra en conexión de alguna forma conmigo. Así son las cosas para mi, creo que los momentos difusos en mi mente o los recuerdos olvidados no son más que una sana medida de mi capacidad inconciente de sustraer o de mitigar el dolor que causan todas las cosas que nos pasan, así que, no es malo recordar, siempre y cuando no sea para llenarse de congoja, no mas que una excusa para seguir considerando lo viejos, sabios o estúpidos que somos o hemos sido. Pero no es tampoco para reproches, ni para dotarnos de una mayor conciencia o para caer en los vicios de las personas con una moral elevada. Para mi no es así. Se debe forjar el carácter, la personalidad, no solo como excusa para ser más atrayente o atractivo, interesante o encantador. Las diferentes dimensiones de las personas deben servir a los diferentes propósitos, siendo que también necesitamos lo que queremos e incluso lo que no.
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