martes, 29 de junio de 2010

Nada...

Hoy tenía algo mucho mejor que decir, pero lo empecé a escribir y tan solo quedó una oración perdida, solitaria...

A veces nos enfermamos de males que solo están en nuestra cabeza; Yo le llamo “gadejo” (GAnas DE JOder), no sé si eso se entienda bien en otros contextos (o para gente de otros países). El caso es que a veces lo único que uno necesita es que le pongan cuidado, es decir, que lo que se pretende no es nada más ni nada menos que: Llamar la atención.

¿Por qué? Quizá porque así se da cuenta cada uno de que sencillamente alguien se preocupa por el (o ella), aunque eso último no tenga mucho de racional, pero aceptémoslo, la pataleta de la que parte el “gadejo”, es cualquier cosa menos algo lógico; Entonces, se llama la atención precisamente para tenerla, ya que atraer cuidado, atención, cariño por parte de otros, calma necesidades básicas de casi cualquier ser humano, incluso de los seres extraños o bichos raros que se sienten a gusto reflejándose tan solo en ellos mismos.
Necesitamos, necesitamos y volvemos a necesitar, de manera consciente y muchas veces a niveles extraños inconscientes, dentro de la multiplicidad de variaciones que tenga en cuanto a construcción nuestra personalidad. A algunas personas les basta con algunas cosas, pero a otras parece que nada les fuera suficiente; En mi experiencia personal he notado que las personas buscan muchos escapes para contrastar sus emociones, para no enfrentar de manera directa los problemas, para no hacerles catarsis, si no esperar más bien a que las cosas las digiera su inconsciente, porque no pueden confrontar las cosas. Lo que pasa entonces es que casi todos queremos vías de escape, nunca caminos de confrontación, no acostumbramos a enfrentar nada, menos a nosotros mismos, pese a que peleemos tanto con otros, o a que en nuestra cabeza se mueva la idea constante de la pelea, de esa que terminará con alguien dañado, lastimado o incluso destruido, pero esa no es más si no otra forma de escapar, dejando que nuestro lado animal salga a flote, curando las cosas a través de nuestro cuerpo, de sus hormonas y sustancias, eso si es que a falta de lo que nos produce nuestro cuerpo, no le introducimos algo que ayude a suplir el vacio emocional con un confort equivalente y artificioso, alucinante, embriagante, ustedes sabrán a que me refiero.

Pues sí; Yo trato al menos de confrontar algunas cosas, y tal vez me enfermo un poco de algo que ella puede ayudar a curar; pero como con casi todo, la cura está en nosotros, en cada uno, en él y en ella; Solo hay que quererlo o incluso desearlo. A intentarlo entonces.

2 comentarios:

Maya dijo...

Hola!!!
Creo que no hay nada de malo en que algunas veces nos de gadejo para que la otra persona nos ponga atención. Yo, por ejemplo, hoy tengo gadejo y es que necesito pechiche porque tengo como ganas de salir corriendo del trabajo y no regresar. Pero bueno, tu comentario en el blog me hizo sonreir. Gracias por pasar por allá. Prometo pasar mas seguido por aqui!

Besitos :)

Iván R. Sánchez dijo...

Maya: Claro que no hay nada de malo; Lo malo es quedarse ahí. Gracias por la visita.