sábado, 19 de junio de 2010

A ver...

Uno de los mejores momentos en la vida de una persona es cuando se da cuenta de algo importante de si, tanto, que puede precisamente cambiarle la vida. A veces uno mismo esta tan ensimismado en su existencia, que no cae en cuenta de que progresivamente se está alejando de aquello que lo constituye, que precisamente el peso de los acontecimientos hace que se produzcan reacciones y se construyan vías en su comportamiento, que no corresponden  a lo habitual; He escrito sobre los cambios, y considero que hay que hacerlos pequeños, pero significativos, sin embargo hay cambios que no salen de nuestra voluntad, así las cosas, eso debería ser corregido.

Hay que dejarse de patrañas, aceptarse y conocerse es un proceso que a veces nos toma mucho tiempo. Yo la verdad creo que el proceso es constante, solo que a veces se hace más difuso y complicado en todo caso; Se trata de ser y estar como mejor se pueda y aún más importante, de una forma que se acerque realmente a aquello que se quiere, lo que trasciende al deseo, a la necesidad y se constituye de alguna manera en una forma de satisfacernos a un nivel profundo y realmente importante.

Hoy me di cuenta de varias cosas que me hacen falta, que añoro porque no las tengo hace rato y cuya ausencia me estaba haciendo llenar los espacios con algunas cosas inauditas -para mí-, diferentes a quien siempre he sido. Es hora de dejar esas cosas atrás, de remitirme a lo que realmente está allí y siempre ha estado y dejar salir al verdadero yo. Como siempre con este tipo de post, yo me entiendo.

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