Me gusta hacer castillos de naipes con barajas a las cuales cuidadosamente les quito los ases, para tenerlos guardados bajo mi manga y poder después descrestar al diablo. Me gusta jugarme la vida, pero trato de apostar siempre sobre seguro. Sé retirarme a tiempo y guardar mis ganancias, pero a veces me gusta dejar propina y dañar mis finanzas en el proceso. Soy un clásico incrédulo y sin embargo creo en ti, y por supuesto creo en los dos, así que quiero retirarme de esta vida de juego y empezar a trabajar porque el castillo tenga todas las cartas. Voy a conseguirme una baraja en la cual tu seas mi reina, y no solo de corazones, si no también de diamantes, picas y tréboles. Quiero darte tanto de mí, barajar mis emociones y siempre darte la mejor mano, porque aposté a ti sobre seguro y gané antes de que rodaran los dados, antes de que se repartan las cartas. Mi escalera real, mi poker.
Imagen tomada de acá.
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