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ADVERTENCIA:
De una serie de pensamientos anónimos reales e irreales. A veces para matar un pensamiento, hay que acabar con el culpable. Estas lineas son el reflejo de ello y por favor, NO SON REALES, son solo un cuento, como la vida.
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1° de noviembre de 2012
Querido diario:
Llevo varios días intentando escribir decir algo. Creo que no sabía por donde empezar, o incluso empecé varias veces, pero todo quedó del tamaño y con la forma de la nada...
La mayoría del tiempo no sé como le hacen, ¿qué tanto se necesita para estar tranquilo?, ¿para seguir adelante? Pese a lo fuerte que zarandea la propia consciencia. A veces parece que una cosa se arregla para que se dañen un par más. Y por si fuera poco, cada tanto creo encontrar alguna persona con quien hacer cruce de miradas, de sentires, pesares y pensares, pero nada, termina siendo siempre la clásica ecuación del dos de tres que parece marcar mi vida de forma inequívoca.
Lo he pensado bastante y el problema está en la falta de correspondencia, en la falta de ubicaciones comunes, y es que lo común sirve para generar lazos, para hacer conexión y para permitir que todo pueda encontrar un sentido. ¿para qué este sentido? tal vez porque el rumbo es la única cosa cierta dentro del espiralado devenir que solo tiene sentido cuando se considera lineal el tiempo.
En estos momentos siento que la vida se me va de a pocos, no sé que me ha dado exactamente, estoy invadido por el desdén y me siento capaz de hacer muy poco, incluso he visto que las respuestas de otros, la maldita interacción, se ha hecho intolerable. A este ritmo no creo poder entender con claridad que es lo que quiero. ¿O qué será lo que necesito?. Tendría que reparar en el sentimiento primario que me invade, sin embargo este precisamente es el problema, no hay tal. Solo la rabia propia de no encontrarle sentido alguno a la situación, estoy convertido en una sombra de mi mismo, y no tengo la voluntad suficiente ni siquiera para deprimirme de verdad como la persona seria que soy.
Y claro, de especial no tengo nada. No necesitaba que me lo recordaran, ser especial en este mundo sería de lo peor, salvo que eso implicara el super poder que he pedido casi desde que tengo memoria, para convertir a quienes me estorban en polvo.
Escribo estas lineas desesperado y con la idea de que todo llegue a feliz termino, o no tanto que sea feliz, pero si en todo caso que termine, porque ya no tiene sentido, porque estoy agotado, porque todo es una mentira y ya es hora de parar con las estupideces, con la ilusión vaga de hacer y ser diferente, con el falso deseo del tener lo que otros, con desear la dicha ajena, como si la felicidad pudiera transmitirse de la misma forma que la miseria, como si la bondad fuera tan promiscua como los demonios, a quienes podemos dar a luz con un pestañeo.
Creo que ya es hora de decirle adiós a todo y a todos, porque la vida en chiste no vale la pena, y tomándola en serio vale poco. Para qué buscar una razón para las cosas si todo converge en un sentido de si mismo, sobre y hacia si mismo. Esta existencia es tan efímera y tan estúpida que cada persona esta aferrada a su ser únicamente por el sentido precisamente de ser, lo cual se constituye en una forma de pasividad absurda, de juego perverso en el cual se busca oponerse a la naturalidad con la única pretensión precisamente de ser lo lógico, de ajustarse a lo que es.
He llegado a esta decisión después de un cuidadoso examen de posibilidades, midiendo todas y cada una de las consecuencias de mis actos, porque claro, yo fui dotado con la consciencia de alguien mucho más útil e importante.
No tengo amigos como tal y se que las pocas personas cercanas a mí podrán estar más tranquilas sin que les pueda volver a amargar su existencia, porque muchos han intentado como tal acercarse, aún me cuestiono sobre sus motivos, pero en estas situaciones las personas siempre tienen algo que ganar en la medida en que de alguna manera algo les sea retribuido y tengo la plena certeza de que sus culpas se mitigaran cuando con otros determinen que ellos lo intentaron todo para cambiarme, para incluirme en sus círculos, para hacerme uno con sus vidas. Que me quisieron dirán algunos, que me entendieron afirmaran los más osados, algunas pocas aseguraran con lagrimas de momento, superficiales y vacías que amaron algo de mí, probablemente la forma en que las hacía sentir necesitadas. Hay que ver como el amor es una herramienta de validación personal, ruin, cínica y conveniente.
Mi familia vive en otro mundo, y a veces quisiera que se hubieran ido lejos de mi de toda forma posible, aunque lo cierto es que les veo muy pocas veces, a intervalos cada vez más largos y hasta pude dejar de sacar excusas, si no lo sabe se lo imaginan: No los soporto. No fue algo que decidiera, ya que aparecí en el seno de un grupo de personas tan distintas a mí, que realmente es un milagro que no hubiera tomado esta decisión hace mucho, cuando era más frágil cuando la frustración y el miedo servían de levadura para hacer crecer el carácter que ahora me asegura el temple de mi decisión la razón de ser de todo, el modo verdadero de ser y hacer las cosas.
Sé que estoy en lo correcto, puesto que las manos no me han temblado una sola vez desde que empecé a escribir, y la tos del asma parece haberse curado de forma milagrosa. El dios de mis padres, que me abandonó al finalizar la niñez, tampoco se ha hecho presente para dar su consideración, y tal vez se encuentre disfrazado de muerte y como un mercachifle más tan solo esté esperando su parte de mi alma, de una vez por todas.
Lo dije antes y lo repito, estoy cansado, de mi trabajo, de mi jefa, de mi carro, de mi televisor, de mi perro, del reality de turno, quiero terminar y que todo termine, es por eso que hice un viaje peligroso -poco me importó- y por fin logré comprar algo con lo que fantaseé desde niño, tengo un revolver, creo que es de calibre .38, nunca me interesó saber como tal de armas, pero he tenido incontables fantasías usándolas en los demás.
En sí, es un instrumento pesado, el vendedor me instruyó durante poco menos de cinco minutos, me imagino que para que mientras que revisaba el arma no le pegara por accidente un tiro a el o a su regordeta amante. El arma siempre estuvo cargada, tengo tan poco sentido de la auto conservación que la he cargado así desde entonces, envuelta en un trapo impregnado del oleo mineral con el que se tuvo que haber limpiado aquel "fierro".
Creo que cada persona no deja jamás de fantasear del todo con ser un cowboy, o tal vez un ganster, o cualquier tipo de persona sin reparo a disparar, siempre me he preguntado a que huele un disparo, si sacará a volar por el aire a los pobres diablos a los que el plomo logre abrazar, y me gustaría ver como se va la vida de los ojos de una persona. Claro que no soy del tipo de hace daño a otros, al menos no de esta forma, creo que siempre mis malos pensamientos han sido defensivos, gritos de dolor y desesperación únicamente, pero a la final no solo soy un cobarde, también soy una buena persona.
Con esta herramienta en mis manos no puedo dejar de pensar en ella, en sus labios, en su sonrisa, en como debe estar disfrutando con otro, renovando los votos hacia el amor. Porque claro, el amor es eterno mientras convenga, y cada promesa se ajusta al sentido de la necesidad, mientras eres útil, mientras la diviertes, la haces sentir mujer y toda tu vida gira a su alrededor. Porque el amor no puede ser egoísta ni conveniente, a menos que las cosas vayan hacia su lado, porque la belleza y la sensualidad son suficientes para adueñarse de una persona, pero también garantizan completa libertad... Zorra. La amé tanto que aún hoy siento el peso del sentimiento, solo quisiera llamarla y despedirme, pero seguramente me hará sentir peor, y puedo estar cometiendo alguna locura, como arrepentirme.
Ha llegado el momento, no me despediré porque eso hace en realidad a quien le importa los que deja, pero yo tan solo he dejado polvo, desolación y miseria, la cual no sobrará en un mundo cruel y despiadado, en donde seguramente pasará desapercibido, tal cual como yo.
Adiós.
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