martes, 12 de junio de 2007

Un Aroma.

Ummm, el día empieza con un olor, ¿a que huele? Probablemente a lo que te espera durante el mismo, o depronto mejor a lo dejaste pendiente o te engañas y lo haces poético cuando no es mas que el aroma de tus calcetines sucios o de aquello que siempre queda guardado en algún rincón de nuestras habitaciones o de nuestras vidas. Orden o desorden y tal cosa huele a algo? Entonces sigues el día y el choque olfativo se hace mayor, con la brisa, el rocío, las leves muestras de la noche que pasó o simplemente la complicada mezcla de humo, naturaleza, gente y ruido, mucho ruido; Si, eso también se puede oler, nos molesta y nos hace olvidar, nos hace reprimir, nos llenamos de razones para tapar nuestro sentido porque le tenemos miedo como siempre a lo que nos turben, a ese ruido, a lo que golpee; Entonces después nos sentimos culpables por no ser capaces de deleitarnos con esos aromas sublimes que debieran recordar a nuestro cerebro por medio de nuestra nariz, que es lo que es la vida, como nos debe golpear y hacer sentir... A la final vivos.

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8 comentarios:

Pi dijo...

hoda... aquí Carlitos... hay quienes no odemos nada en nuestras vidas...


una oda a la rinitis... jaja

Anónimo dijo...

Si ke vivan los olores, por los buenos y los malos recuerdos!!!

Lilith

Iván R. Sánchez dijo...

Lo olores son parte fundamental de nuestras vidas, huelanse más. Y disfruten olerse.

VICA dijo...

Ese olor familiar... que viene y lo hayas conocido, que me hace voltear a mirar!!!
Oye! gracias por pasar.

VICA dijo...

Perdón: hayas del verbo "no se escribe así..."
mejor lo cambias por "encuentras" y no me pongo roja...

Iván R. Sánchez dijo...

Perdona mi ignorancia, pero no se como editar los comentarios, en principio, no deseo hacerlo, pero solo he encontrado la opción de borrarlos.

Anónimo dijo...

Olores, por supuesto que sí. El de perfumes que he usado en determinadas épocas y que me llevan a recordar momentos preciosos vividos.
El Olor de “niño Jesús” cuando veo juguetes de mis sobrinos y me llevan a recordar la muñeca de ojos grandes y zapaticos plásticos que un día me llegó debajo de la almohada un 24 de diciembre.
El olor de mi enamorado, impecable en su limpieza pero sí olor a él.
El olor a naturaleza, inconfundible, al campo… bueno, ya me estoy “desnudando” contigo.
Un abrazo con aroma suave a mi perfume actual Red Door.

Iván R. Sánchez dijo...

si, olor, lo olvidamos porque nuestra memoria se encuentra ocupada con demasiada información visual, pero somos complejos, somos mas que lo que vemos.