viernes, 13 de mayo de 2016

Ambientes

Tengo que detenerme, parar todo lo que estoy haciendo, tomarme un momento para hacer un paneo alrededor, darme cuenta. Hay al menos unas 4 personas enfermas, que tienen serios problemas de salud y que por supuesto están poniendo en riesgo el bienestar de los otros al trabajar en estas condiciones, en un ambiente que no tiene mayor ventilación . Calor, frío, luego bochorno y otra vez calor en cuanto se pueda. La humedad cambia tantas veces que resulta difícil cuidar de una afección respiratoria. Quizá la tierra se desquita de su maltrato e intenta deshacerse de sus más complicados habitantes, pero por frágiles que resultamos, aun así parecemos tener una resistencia terca hacia la eliminación.

Tomado de: https://pixabay.com/es/vaticano-escalera-gr%C3%A1ficos-roma-1136071/
Alguien se encuentra de pie y otro más le habla en esas condiciones, se discuten temas que no tendrían que ser debatidos, se aprovecha para poner al tanto al otro del corrillo del momento, para dar cuenta de alguna pequeña necedad que termine de limar las asperezas dentro del competido mundo laboral, de aquel otro que quizá si se largara dejaría un campo libre para mí. Es aquel a quien han felicitado o llamado la atención por su trabajo, ¿es bueno? ¿si sabe de eso? ¿por qué le alcanza el dinero para irse cada nada de viaje?

Uno tras otro, cada ambiente se circunscribe en otro, colinda, se traslapa, o tiene un área o volumen que es común. Pero dentro de cada esfera individual, existe una miseria más o menos oculta, una realidad que es o no proyectada, una necesidad o varias, un espectro o un ser vivo, un fantasma, un actor, un asesino, un verdugo, o muchas personas sin rostro.

Otra "¡salud!" para la siguiente ronda de estornudos.

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