Hagamos de cuenta que el universo hoy de verdad se encuentra conspirando para nuestro beneficio, que cada cosa buena conlleva otra y que el oficio de ser es recompensado con una ventura provechosa, dichosa, o feliz.
Estoy atrasado en los pensamientos, en las ideas y las reflexiones y esto quizá obedezca a un desacato a la rutina, a la de escribir, a la de leer, a la de pensar. Todos los eventos, todos los momentos y las consecuencias se hacen menos importantes cuando uno se encuentra atravesando por alguna suerte de momento sinuoso, accidentado, turbulento. Pero al final el viaje es uno mismo, y es interesante por sí, y para sí. Con independencia de los pesares, las culpas y los desasosiegos.
¿No?
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