sábado, 19 de mayo de 2007

Atrás en la Realidad

Cada vez que miro allí, encuentro un océano de dudas, un mar de congoja; Gota a gota las preocupaciones se ciernen en una acumulación sucesiva que recuerda los fenómenos naturales, incluso con el poder y fuerza de esta, que en nosotros se llama pasión; se articula con el tiempo en la forma clásica de un sentimiento malévolo pero constante; Lo que los modernos llaman estrés, pero que tan solo es el nuevo nombre de un antiguo mal.

No es más que una manera de ratificar la existencia basado en los problemas intrinsecos de cada uno, que antes era combatida con la propia existencia, con la simplicida de la existencia casi pura, a través de varios desarrollos de la necesidad humana; cuando ésta se hace mayormente esperada a lo realmente claro, entonces todo se vuelve especulación; El mundo moderno nos consume, porque nos ordena estar consumidos, al no poder responder claramente a las necesidades que nos impone y a los problemas derivados precisamente de eso mismo. Afortunadamente para mi, no sufro de eso, ya que me quede estancado entre este mundo y el mio propio, y en el proceso fallecí, soy un fantasma.

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