lunes, 14 de mayo de 2007

Viviendo con Máscaras

Alguna vez alguien manifestó que uno no se baña dos veces en el mismo río, esto es porque el curso constante del agua, hace que el río nunca tenga la misma agua; Igual este es un sistema en extremo dinámico, un sistema en que es absolutamente visible la mediación de lo natural y cambiante; Pues bien , esta reflexión viene al caso de que nunca te encuentras de alguna manera con la misma persona, nadie es integro y consecuente del todo con su manera de ser y menos aun con su forma de actuar; Aunque esto debe ser matizado, ya que de alguna forma no puede darse un fenómeno tan complejo y cambiante como en la naturaleza, esto, porque las personas tienden a tener pequeños momentos de estabilidad (de carácter me refiero, sobre otras cosas como la emocionalidad, no quiero tratar aún), en los cuales pueden sostener una cierta forma aparente frente a las situaciones sobrevivientes.

Entonces, ¿que pasa?, pues que las personas cambian, o se modifican a sí mismas según la situación. Complicado; ¿Pretender que las personas tengan una capacidad de adaptación de una manera? no creo. Simplemente las personas deben ser otras más que ellas mismas (o menos en algunos casos), esto es, que no pueden dentro de la simplicidad de su diario vivir estar caracterizados dentro de un solo comportamiento, en la medida en que esto puede ser inconveniente, en amplios sentidos; Mas aún, cuando en el mundo se establecen parámetros determinados de conducta y para empezar a notarlo como pretendo, deben develarse muchas mascaras, las cuales se esta en obligación de lucir para no salir del esquema de lo normalmente aceptado.

Podría entonces decir y sostener, que la gente nunca manifiesta lo que en realidad es, esto puede explicarse en que las relaciones sociales se mueven y se miden en términos de conveniencia, en donde en la búsqueda continua de poder, se suele presentar tan diferente, como la medida de la aceptación buscada, querida, bien como dominado o como dominador. La cual incluso puede luego no permitir determinar quien se es en realidad (o quien se cree que es). Esto va a que las personas, no contentas con la naturalidad de la mezcla de maneras dentro de su comportamiento, modifican quienes son, mediante mascaras que responden a los distintos escenarios a que se enfrentan en su diario vivir, lo cual no es justo, ni consecuente con lo que significa ser una persona integra.

Se hacen las cosas sin medir las consecuencias de lo que puede significar personalizar, es el complejo que nos persigue como actores, podemos amar u odiar nuestro papel, pero el problema siempre será el público, al cual es difícil hacerle entender que aquello era solo un montaje, una actuación; Hacemos siempre de nuestras cosas un todo tan supervalorado que nuestras mascaras se hacen mas fuertes que nosotros y nos consumen, nos apabullan, y quizá, se hacen más persona que nosotros, como si ellas nos usaran para hacerse diferentes y nosotros a ellas para escondernos de nuestra realidad o esconder nuestra realidad a los demás.

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