Fuente: http://www.imagenessincopyright.com/2014/06/peces-de-colores-en-una-pecera.html |
El viernes escuché a varios gatos expresando sus opiniones sobre cosas de la vida, porque eso de trabajar para qué. Al parecer se referían a la determinación del espacio, de la autonomía y la libertad; los escuché hablando de la correspondencia de la edad con aquel concepto anómalo correspondiente a la madurez. De igual manera los escuché en más de una ocasión referirse a "la mejor edad", correspondiendo ello con aquella en que al parecer se disfruta más la vida, o tal vez se tiene más libertad. ¿De veras?
Muchas veces cuando esos otros con los que evito relacionarme, se encuentran hablando de las cosas varias de la vida que incluyen su forma de ver las cosas, veo espectros de consenso, relacionados con el comportamiento. Por supuesto, es apenas lógico, son seres mucho más sociales de lo que este no tan humilde servidor podría ser alguna vez.
La obviedad de algunas cosas se contrasta con la profundidad de los conceptos detrás de algunas afirmaciones que no son más que dudas existenciales, en realidad no encuentro ninguna respuesta, el discurso de cada uno es absolutamente descriptivo, con la consciencia suficiente para un análisis participante, pero más allá de eso, nada. Las conversaciones se pierden entonces entre anécdotas de situaciones que por simple empatía humana, se hacen interesantes, pero hasta ahí, eso sólo porque la vida suele tener un cierto grado de humor, de drama en sí misma que resulta relevante.
En otro segundo, de un momento a otro, ya no se está hablando más de la voluntad humana si no de algún número correspondiente a una situación que tiene relevancia a efectos del trabajo, con el mismo tono y un tanto la misma sorpresa que les causaba estar discutiendo sobre la irreflexiva personalidad de cada una, tan común como todas, tan única como ninguna.
Sobre la mejor edad, la madurez de la vida acorde con la idea de cada uno de estos individuos sobre construcciones personales, de género, de respuesta social a los impasses diarios, no pude entrever ningún indicio verdadero de discusión, con las ganas estúpidas y petulantes que me dan de intervenir, de dar mi opinión producto de múltiples años de observación. Pero seguro me habría arrepentido y me habría desviado antes de expresar palabra alguna, porque mi mejor edad tal vez ya pasó, o porque soy demasiado maduro para esto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario