lunes, 19 de enero de 2015

Sobre los parásitos, multientrada y cuasiespeculación. Parte I.

A esta entrada la titulé pensando en varios de Ustedes.

Tomado de: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/09/130930_ciencia_verde_cuclillo_tejedor_pajaro_cuco_huevos_impostores_np
Bueno, tan feo que resulta hacer una crítica a otros que tenga un propósito más bajo que la simple usanza del verbo "decir". No obstante, decir cosas sobre otros tiene un fin específico y bastante sencillo, no se busca otra cosa que la fijación en ese otro de la imagen que por personal, tiende a ser un filtro para cualquier espectro de relación. Vale, se trata de buscar el reflejo, pero también de exponer la propia concepción, el brillo o la oscuridad personales que viajan a través del aire convertidos en palabras.

Pero quizá empezamos mal porque a toda palabra le han metido una suerte compleja de significados que no le corresponden, lo anterior en virtud a que la sociedad nos ha reemplazado las cargas semánticas, la misma semiotica de cada palabra, conforme a un consenso seudo elaborado a partir de la comunicación reducida a una expresión simple, pero poderosa: El constructo de lo comunmente aceptado (tendencia, moda).

Esta construcción común, está tejida casi en su totalidad a punta de discursos cíclicos, inatinentes y espurios, al igual que por verdades inacabadas producto de la autoridad que detentan aquellos líderes de opinión que pervirtiendo el clásico carisma Webberiano, se convierten en los referentes incluso de los símbolos y signos.

Complejo.

Casi nada de lo que he afirmado hasta ahora puede ser enteramente reprochable por ser producto de un ejercicio social básico, porque la alienación es justificable al igual que la ignorancia y la estupidez, no siendo estas últimas equiparables dentro de un ejercicio de sinonimia.

Pero realmente vale poco, importa menos que nada que hayan lideres en negativo, lo grave es que todo criterio derivado del uso mínimo de la razón esta a su vez desdibujado por la respuesta fácil, aquella que incluso a los más audaces y agudos les dicta alguien a través de la radio, por medio de una columna de opinión o incluso mediante una red social.

Volvamos a la sabiduría de nuestra deidad personal del internet, a lo que nos dice Google:

Un parásito o parásita lo cual la referencia del buscador nos marca como un adjetivo o nombre, y que como sustantivo corresponde a un organismo que "(...) se alimenta de las sustancias que elabora un ser vivo de distinta especie, viviendo en su interior o sobre su superficie, con lo que suele causarle algún daño o enfermedad". La formula de definición consultada, toma esto en lo relacionado con las personas como un adjetivo "despectivo", frente a aquella persona que "(...) vive a costa de otra persona o de la sociedad".

Pero esta entrada tiene un poco más de interesante cuando revisamos el origen de la palabra, en "Préstamo" del latín parasitus y este del griego parásitos ‘comensal’, derivado desiteîn ‘alimentar’ y este de sîtos ‘trigo’, ‘alimentos’, propiamente ‘que come junto a’. Vivir a costa de otro, comer junto a otro, abusar de la condición de comensal, de la hospitalidad.

¿A donde voy?

Este espectro de definición me explica que es un parásito desde la pura concepción aplicada a una persona, y pensé en algunas personas que viven a costa de otros.

En principio y para ser justo, debo dejar de lado a los factores como la necesidad, de esa verdadera que no admite una graduación, que es insuperable. De este tipo de razones están permeadas nuestras vidas en conjunto o en familia, durante una importante cantidad de años en nuestras vidas. Se supondría en principio que debemos estar acompañados de nuestros padres o acudientes hasta tanto no seamos mayores, responsables legalmente y aptos para responder por nosotros mismos. De esta manera está claro que quien no pueda atender a estas tres condiciones de naturaleza legal y socioeconómica debe necesariamente vivir a costa de otro, de ese otro que por decisión propia (incluso los no planeados partes de una decisión, la de tener sexo sin protegerse adecuadamente) tuvo un retoño (hijo, vástago, etc.).

Lo realmente interesante sucede cuando estas condiciones de necesidad son superadas. ¿Qué pasa cuando una persona ya no necesita ser mantenida por ese otro, y aun así lo es? Por simple aplicación del silogismo que parte del concepto previamente expuesto, se convierte en un parásito.

Continuará... [Aquí]



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