viernes, 16 de enero de 2015

Revolución

Tomado de http://www.imagenessincopyright.com/2014/08/una-bola-de-cristal-unica-y-diferente.html
El sabio internet define a la revolución como un "nombre femenino", lo cual quiere decir según la semiología más clásica (y misógina) que tenemos problemas, que hay cambio allí, algo obscuro, peligroso, algo revuelto.

Y nada más acorde que la misma definición que brinda la casi divina majestad del Google:

1. Cambio violento y radical en las instituciones políticas de una sociedad.

2. Cambio brusco en el ámbito social, económico o moral de una sociedad.

3. Cambio radical en la manera de tratarse o hacerse algo, o cosa que supone ese cambio.

4. Desorden o alboroto producido por un gran número de personas.

5. Vuelta completa que da un cuerpo alrededor de su eje.

6. Movimiento de un cuerpo que describe una trayectoria cerrada alrededor de otro cuerpo, de un centro o de un eje; especialmente el de un astro alrededor de otro.

El mensaje es claro: cambio.

Un día de estos entonces, me voy a rebelar contra todo, y me convertiré en otra persona, diferente, que hace, que construye, que realmente vive.

En este sentido se ha de morir una de tantas veces como se lo escuché al escritor Mario Mendoza, estar dispuesto a dejar un cierto modo de existencia. Esto es lógico, porque claro, la sola extinción de la vida biológica no es la única forma posible de muerte. Somos multidimensionales en tanto nuestros pensamientos nos permiten abordar varias posibilidades, incluso crearlas a la vez que construimos escenarios y líneas temporales lo cual es ajeno en sí mismo a la constante dada como cierta que se corresponde al tiempo, y por supuesto está mas allá de las consideraciones básicas frente a la cardinalidad, la correspondencia espacial y las denominadas "leyes" físicas.

Es posible entonces que la vida deje de ser una como se conoce. También lo es que las cosas den vueltas incluso sobre su eje, las cuales no resulten solamente en un movimiento básico de rotación, sino en un cambio de aquello que gira, lo que sería más coherente con la transformación entrópica causada por varios movimientos complementarios entre sí.

Ha de recordarse que el mundo se ha construido sobre la constante, sobre los hechos que dan posibilidad a establecer una Ley. El ser humano es caprichoso en cuanto a lo que quiere creer y constantemente esta buscando validaciones, pero estas pueden ser convenientemente arregladas para que se establezca el peligroso axioma, para llegar a la verdad que no requiere de prueba y aquello incluso que no puede ser establecido de manera fácil es consolidado con herramientas discursales y a través de un consenso forzado, el cual parte de un principio fundante que es lógico, natural.

Nuestras disciplinas entonces, aún las de corte más exacto, sufren de aquel exceso de solemnidad y de las formas propias de todo dogma en donde tarde que temprano se tiene que creer.

O eso creo yo.

No hay comentarios.: