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Esta imagen es de mi autoría. |
Los habitantes de este mundillo oficinesco debemos encontrar salidas, al igual que motivos y razones, para tantas cosas como incluso la determinación del deber (ser), porque lo cierto es que cuando se trata del hacer, poco importa cualquier consideración de índole personal, nada más importa que hacer caso, lograr la meta, consolidar el resultado, puesto que toda acción no se somete a la reacción, si no que tiene que tener un resultado; a, b, c, o cualquier otra variable tienen que terminar siendo z, porque esa fue la respuesta que algún genio estableció... la autoridad.
De esta manera resulta apenas lógico que el colectivo termine reivindicando un mínimo de su libertad personal a través de lo más bobo que pueda, lo que implica no menos que hacer alguna micro revolución que solo sirva a un propósito de una pequeña victoria, aquella satisfacción que aun ínfima resulta altamente gratificante. Sí, el ejemplo, es tan sencillo como un día sin corbata...
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